Haz click aquí para copiar la URL
España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
6
Drama. Romance En 1722, un holandés descubrió una isla en el Pacífico Sur, a la que sus habitantes llamaban Rapa Nui, pero él la bautizó como Isla de Pascua. Muchos años antes había tenido lugar en la isla un grave conflicto de carácter social: los Orejas Cortas constituían la clase inferior y construían estatuas por orden de los Orejas Largas, que eran los nobles. Como tales sólo los Orejas Largas tenían derecho a participar en la competición anual ... [+]
1 de mayo de 2011
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una gran película, es evidente. Pero sí una obra interesante a la que los acontecimientos sociales, políticos, económico-financieros, medioambientales y energéticos que vivimos están poniendo de lamentable actualidad. Y que se revalorizará, me temo, en los próximos años. Como muchos estudiosos han señalado, todo gran imperio comienza a colapsar inmediatamente después de haber alcanzado su máximo esplendor. Así ocurrió con los habitantes de Pascua, una especie de microcosmos aislado, en el que la explotación indiscriminada de recursos en un entorno natural extremadamente frágil, junto con la ambición de poder condujo a la hecatombe. Algo parecido, con matices muy diferentes, claro está, le ocurrió al Imperio Romano cuando se quedó sin esclavos ni conquistas; o al de Alejandro, al desaparecer su artífice; o al de los Austrias Mayores, cuando la plata americana empezó a escasear; o incluso al todopoderoso Imperio Británico cuando dejó de encabezar el desarrollo industrial; y al despiadado imperio soviético, al darse cuenta de que las armas no servían para alimentar a la gente. Y que nadie dude que le ocurrirá al imperio del tío Sam; ya le está ocurriendo, el dólar petará más pronto que tarde y la economía China, que en buena parte sustenta este invento globalizado. La cosa se va a poner pero que muy fea. Ya se está poniendo. El mundo no se va a acabar, pero me es difícil imaginar cómo en un planeta superpoblado, dependiente de forma casi exclusiva de un petróleo decreciente y encarecido, en medio de un entorno cada vez más deteriorado y con un continuo enfrentamiento entre clanes/países, ideologías/religiones, esto puede mejorar. El escenario que estamos viviendo no es tan diferente del que describe la existencia pascuense. Después de todo, la mayoría de la gente, al menos en el primer mundo, nunca ha vivido tan bien como hasta hace un par de años. Como los de Pascua, nos creemos también el ombligo del mundo. Eso mosquea un poquito.

Al margen de pajas mentales, se agradece la buena ambientación histórica, los hermosos parajes, y que el guión no tome por retrasados mentales a los espectadores. Claro que algunas cosas dan mucho cante, que es difícil que unos tipos que están al borde de la inanición y se dedican a mover bloques de piedra de decenas de toneladas parezcan más culturistas o decathletas que esmirriados currantes semiesclavizados. Pero si esto hubiese sido un mero documental etnográfico no lo habría visto ni Rita. Ni lo hubiese producido Kevin Cosnter de Todos los Santos, cuando era Kevin Costner. ¿A que no?

Entretenida y hasta instructiva.
Shinboneniná
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?

Últimas películas visitadas
La fuerza de una promesa (TV)
2011
Mark Jean
5,2
(339)
Krigerens hjerte
1992
Leidulv Risan
arrow