El primer Batman de Burton y la versión de Nolan sobre el mismo personaje son dos películas que no comparten más que el título y cuatro personajes comunes. Son versiones con concepciones estéticas, dramáticas y cinematográficas completamente distintas. Luego, a cada uno le puede gustar más una que otra; yo soy de los que piensa que Nolan le pasa por encima al pelos de loco. Algo parecido ocurre con Hulk, un personaje que ha sido objeto de dos versiones muy distintas en menos de cinco años. En este caso, creo que Lee se come a Leterrier, aunque se puede disfrutar de las dos películas. El taiwanés hace una aproximación absolutamente personal al gigante verde y plantea una historia mucho más compleja; el francés es bastante más previsible y se limita a ser fiel al espíritu de los cómics originales de La Masa, que es como la conocimos quienes tenemos ya cierta edad. Particularmente, creo que la primera versión le gana a la segunda en casi todo. El talento en la dirección de Lee es claramente superior; el guión del primer Hulk es mucho más rico y mejor construido; el propio monstruo es mucho más atractivo; la banda sonora de Elfman es más acertada; los efectos especiales, me siguen gustando más en la primera. Donde la cosa está mucho más equilibrada es en el reparto. Creo que Norton es mejor actor y da mejor el tipo de Banner, al menos tal y como nos lo presentaban en los viejos cómics en blanco y negro. Bana es demasiado cachas y guaperas para encarnar al enclenque alter ego de La Masa. Entre Jennifer Connelly y Liv Tyler no hay color; la primera es, de largo, mucho mejor actriz (y también más guapa). En cuanto a los villanos, una de cal y otra de arena: general Ross interpretado por Hurt, mucho más cabrón, es más fiel al espíritu de los cómics que el personaje de Elliot. Pero el antagonista de la primera, Nolte, no tiene comparación al ridículo papel que en la versión de Leterrier encarna el bueno de Tim Roth.
En definitiva, esta segunda versión es mucho más plana, previsible y comercial, destinada a un público que busca sólo mamporros y efectos especiales, lo que es perfectamente razonable. Desde ese punto de vista, cumple, pero yo salí con la única sensación de haber visto un espectacular combate de lucha libre profesional en las calles de la Gran Manzana.