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Voto de Taylor:
9
8,6
45.467
Intriga. Drama
Leonard Vole (Tyrone Power), un hombre joven y atractivo, es acusado del asesinato de la señora French, una rica anciana con quien mantenía una relacion de carácter amistoso. El presunto móvil del crimen era la posibilidad de heredar los bienes de la difunta. A pesar de que las pruebas en su contra son demoledoras, Sir Wilfrid Roberts (Charles Laughton), un prestigioso abogado criminalista londinense, se hace cargo de su defensa. (FILMAFFINITY) [+]
28 de marzo de 2007
60 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paradigma del género judicial, "Testigo de cargo" merece disfrutar indiscutiblemente de un puesto honorífico en el Olimpo de los grandes clásicos cinematográficos. Admitiendo de antemano la existencia de algún que otro gazapo o despropósito intrascendente en el clímax final, no estimo en ello motivo suficiente como para entablar polémicas bizantinas sobre si la película está sobrevalorada respecto a otros trabajos del director como "El apartamento", "Perdición" o "El crepúsculo de los dioses".
Wilder entremezcla sabiamente drama y comedia ( las escaramuzas verbales entre Sir Wilfrid y su enfermera son antológicas ) hilvanando magistralmente, al mismo tiempo, un entramado argumental repleto de diálogos que no decae ni resulta tedioso en ningún momento.
Laughton está grandioso, Tyrone Power sobreactúa oportunamente y la hiératica Marlene borda su papel, sobretodo en la metamorfosis final de su personaje, contribuyendo a construir uno de los desenlaces más insólitos e inesperados de la historia del séptimo arte.
Gracias, Billy, allá donde estés, por seducirnos con tu cine sencillo, ingenioso y ameno. El público es soberano y no es casualidad el grado de devoción que te profesa.
Wilder entremezcla sabiamente drama y comedia ( las escaramuzas verbales entre Sir Wilfrid y su enfermera son antológicas ) hilvanando magistralmente, al mismo tiempo, un entramado argumental repleto de diálogos que no decae ni resulta tedioso en ningún momento.
Laughton está grandioso, Tyrone Power sobreactúa oportunamente y la hiératica Marlene borda su papel, sobretodo en la metamorfosis final de su personaje, contribuyendo a construir uno de los desenlaces más insólitos e inesperados de la historia del séptimo arte.
Gracias, Billy, allá donde estés, por seducirnos con tu cine sencillo, ingenioso y ameno. El público es soberano y no es casualidad el grado de devoción que te profesa.