Pues sí, una pena, pero poco más de lo que detalla el título de esta crítica he podido hallar en “Slumdog Millionaire”. Lo más cojonudo, sin embargo, es que -a pesar de los pesares- la peli de Boyle no está mal. Nada mal. De ahí mi siete.

Supongo que mi magnánima puntuación se debe a que soy un espectador fácil de contentar. Un espectador que agradece las historias bien narradas, los planteamientos audiovisuales originales y los trasfondos suculentos. Le agradezco a Boyle, por lo tanto, que se haya currado una trama argumental atrayente y que lo haya hecho con esa estética tan ‘cool’ que le caracteriza. Lo que no cuela es que nos presente su último trabajo como un homenaje a Bollywood o como una versión light de “Ciudad de Dios”. No, hijo, no. “Slumdog Millionaire” es un apaño bastante interesante, pero no es un peliculón como “Trainspotting”. Por muchos Oscars, BAFTA’s y muñecas chochonas que ganes.