Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
9
Drama. Romance Años 50. Frank (Leonardo DiCaprio) y April (Kate Winslet) se conocen en una fiesta y se enamoran. Ella quiere ser actriz. Él sueña con viajar para huir de la rutina y experimentar emociones nuevas. Con el tiempo se convierten en un estable matrimonio con dos hijos que vive en las afueras de Connecticut, pero no son felices. Ambos se enfrentan a un difícil dilema: o luchar por los sueños e ideales que siempre han perseguido o conformarse ... [+]
23 de noviembre de 2010
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto muchos dramas en mi vida, amigos, pero cuando uno cree que ya está curado de espantos y que muy difícilmente va a toparse con alguno que le encoja el estómago y le rompa el corazón en mil pedazos es cuando, de repente, sobreviene el milagro. Así, sin más. Como quién no quiere la cosa. Porque sí, “Revolutionary Road” me sonaba, claro. Pero jamás hubiera imaginado, ni por lo más remoto, que tras esa aparente y trillada revisitación del sueño americano se ocultaba, en realidad, un melodramón descomunal. De los que a mi me molan, vaya. A la antigua usanza. Bien narrado, bien rodado y, sobre todo, bien interpretado. Con un DiCaprio y una Winslett en estado de gracia cuyo intenso y monumental duelo matrimonial me recordó extraordinariamente esas virulentas y encarnizadas escaramuzas que -en sus buenos tiempos- solían protagonizar Richard Burton y Elizabeth Taylor.

Así pues, más allá de la habitual crítica a la “american way of life” que ya Mendes nos ofreció con “American Beauty”, lo que más me ha sorprendido de “Revolutionary Road” es la credibilidad y la crudeza con la que este cineasta nos describe el amargo y desolador proceso degenerativo de un matrimonio aparentemente modélico. Un proceso degenerativo que no atiende a sutilezas y que Mendes no duda en reforzar, por si fuera poco, a través de las incomodísimas intervenciones de un personaje, Michael Shannon, que -más que redundar en lo que ya nos muestran las propias imágenes- actúa, a mi juicio, como un implacable martillo pilón destinado a golpear sistemáticamente nuestros tiernos corazoncitos con el propósito de que ningún espectador, por cafre que sea, salga indemne del que es -a todas luces- uno de los mejores melodramas que he podido ver en lo que llevamos de siglo.

Nueve merecidísimas estrellitas, pues, para un intensísimo drama matrimonial que -desmarcándose voluntariamente de la vía intelectual de Bergman (“Secretos de un matrimonio”) o de la vía satírica de Allen (“Annie Hall”)- reactiva y revitaliza, sin lugar a dudas, la más aflictiva y trágica de todas las vías: la dolorosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow