Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
8
Animación. Fantástico. Musical. Aventuras. Comedia. Infantil Cuando una profecía condena a un reino a vivir un invierno eterno, la joven Anna, el temerario montañero Kristoff y el reno Sven emprenden un viaje épico en busca de Elsa, hermana de Anna y Reina de las Nieves, para poner fin a un gélido hechizo... Adaptación libre del cuento "La reina de las nieves". (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Disney parecía enfrascada en una política de riesgo cero de adaptar sus grandes producciones a carne y hueso (o personajes digitales, según el caso) mientras dejaba eso de innovar a Pixar, se sacó de manera inesperada (y puede que fortuita) esta “Frozen” a la que su innegable calidad y trascendencia mediático social elevaron a la categoría de ‘clásico’ por méritos propios.

Y es que, en principio, nada en “Frozen” parecía prometer otra cosa que la misma película de princesas, animalitos y cancioncitas de siempre, quizá con algún retoque revisionista y modernizador para adaptarla a los nuevos tiempos. Tampoco nada en su diseño o en su apariencia gráfica llamaba la atención o la hacía destacar sobre la competencia actual. De hecho, quizá uno de sus factores éxito es el de usar los avances técnicos para llevar a cabo una película con una factura tradicional en el fondo, pero perfeccionada en la forma, alejada de personajes artificialmente enrollados y exageradamente caricaturizados que inundan plataformas y carteleras actuales.

Pero si estructural y técnicamente “Frozen” es una película Disney de siempre, ¿por qué ha llegado mucho más allá de donde se quedaron Tiana o Rapunzel, dos buenas películas Disney predecesoras de corte continuista con el estilo de la casa? Pues supongo que aparte de explicaciones basadas en el oportunismo de ver la luz en un momento adecuado a la receptividad del público y combinaciones afortunadas de factores X (que seguramente también han influido), Disney encontró con “Frozen” la manera de trasladar al cine una historia protagonizada por chicas de manera natural, no forzada. Lo que Pixar buscó en “Brave”, Disney lo encontró con Elsa y Ana, feministas en el sentido objetivo de la palabra, dos chicas que no se pasan la película realzando machaconamente su género, sino que viven sus aventuras con la espontaneidad que espera un público generalista al que le da igual el sexo o la identidad sexual de los protagonistas, mientras la película tenga sentido por sí misma y no lo busque en factores ideológico.

A eso se le une un mensaje optimista y autoreafirmante de lo que somos cada uno. Elsa tiene poderes y busca la forma de vivir con ellos sin hacer daño a nadie pero sin avergonzarse. Ana tiene miedos e inseguridades, pero busca la forma de combatirlos. Obviamente esto se puede interpretar de muchas maneras (y no es descartable que ese fuera el objetivo), pero ¿a quién le importa si Elsa es gay o no? Su historia es una historia genérica de aceptación y superación que funciona al margen de interpretaciones porque, precisamente, no hace de su lucha interna una bandera de nada, más que de las aventuras que se ven en pantalla. Una lucha contra sí mismas y contra unos villanos a los que intentan detener porque son unos golfos, no porque sean hombres que buscan dominarlas por ser princesas. El conjunto queda tan redondo, entretenido, divertido y agnóstico de la ideología que años después ha terminado invadiendo Disney, que con unos años de vida, es imposible no verlo como uno de los grandes títulos de siempre de la compañía. Hasta el punto de que hasta las canciones no se hacen bola, de que una mascota tan amorfa como Olaf se hace simpática y que unos personajes tan fuera de lugar como los Trolls no amargan.

Si es cierto lo que Disney ha tuiteado, asegura que la mitad de los personajes de sus futuras producciones serán compatibles con marcas LGTBI+ en lo que promete ser una de esos puntos de inflexión en la historia de una companía que, años después, cuando se desploman en bolsa, terminan respondiendo a la pregunta «¿cuándo empezamos a hundirnos?». Hasta entonces podemos quedarnos con una película que, sin renunciar a contar algo entretenido, defiende valores sin presumir, pavonearse o dar lecciones.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow