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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
4
Thriller Con la ayuda de un grupo de prisioneros españoles que lideran la organización clandestina del campo de concentración de Mauthausen, Francesc Boix (Mario Casas), un preso que trabaja en el laboratorio fotográfico, arriesga su vida al planear la evasión de unos negativos que demostrarán al mundo las atrocidades cometidas por los nazis. Miles de imágenes que muestran desde dentro toda la crueldad de un sistema perverso. Las fotografías que ... [+]
9 de marzo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el fondo, no dudo de que “El fotógrafo de Mauthausen” está plagado de buenas intenciones y cuando narra la historia de los presos españoles que se jugaron la vida para guardar las evidencias de las atrocidades nazis es a modo de homenaje, porque considera que es una historia que merece la pena ser contada, no por buscar una historia triste para recrearse en miserias o sufrimiento. Además, siendo una película española, hay que reconocerle la ambición para tratar de un conflicto fuera de la zona de confort que suponen nuestras fronteras en general y la Guerra Civil en particular, por no hablar de que el Holocausto es un tema especialmente sensible en el que siempre es complicado estar a la altura.

Pero esas buenas intenciones se dan de bruces con dolorosas realidades técnicas. La primera parece de índole presupuestaria y afecta directamente a unos escenarios muy pobres. Quitando la icónica entrada al campo, el resto de ubicaciones están hechas o con pocos fondos o con mucho cartón piedra en los exteriores, mientras que el interior de los barracones está hecho tan deprisa y corriendo que parecen nuevos y en vez de dar sensación de antro inmundo, parece que los presos nazis se alojaban en un albergue boutique para mochileros. Luego están las caracterizaciones. En lugar de muertos de hambre, los presos del campo están delgados pero tonificados, fibrosos y musculados y derrochan una energía al hablar, discutir o moverse que no encaja con la triste realidad que películas mejor hechas nos han trasladado.

En cuanto a la historia, tiene su punto épico pero ni la dirección ni el guion saben ponerlo en valor. Estamos hablando de héroes en la sombra, de gente cuya hazaña fue jugarse la vida, conservar pruebas de los crímenes y, en ocasiones, hasta sobrevivir. No desembarcaron en Normandía, no se lanzaron en paracaídas sobre Arnhem, no sabotearon los puentes de Francia para ralentizar los movimientos de los panzer, no liberaron Dachau… Pues la narración no profundiza en las dificultadores para conservar las fotografías ni en cómo se las ingeniaron, lo cuenta de pasada porque elige quedarse con anécdotas de la vida en prisión.

Pero quizá lo peor es la elección de protagonistas. Mario Casas no es santo de mi devoción y sigue sin ser entendible cuando habla a cámara, pero le reconozco cierto tirón, cierto magnetismo, una especie de brillo… que no tiene cabida en un personaje que se supone que debería haber abandonado toda esperanza hace ya tiempo. Tampoco encaja Alain Hernández, otra pronunciación atroz y otro tonito macarra de difícil credibilidad en la época.

Mi impresión inicial fue que era una película para un 3, pero lo he reconsiderado. Con todas sus limitaciones, a pesar de vivir condenada a rodar en distancias cortas para que no se vean los decorados, “El fotógrafo de Mauthausen” está varios peldaños por encima de esa abobinación llamada “La vida es bella”. Con toda su cutrez, es mil veces más digna que la banalización del dolor que hizo Begnini. Pero es una película roma, que se queda muy por debajo de las expectativas mínimas esperables.
OsitoF
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