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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Thriller. Acción Johnny (Luke Bracey) es un joven que decide dejar atrás su pasado rebelde para unirse al FBI. Una de sus primeras misiones será infiltrarse en una banda de atletas de deportes de riesgo, liderado por el carismático Bodhi (Edgar Ramírez). Los atletas son sospechosos de llevar a cabo una serie de crímenes de forma extremadamente inusual. Infiltrado en el grupo de forma encubierta y arriesgando su vida en cada instante, Utah se esfuerza ... [+]
14 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos formas de valorar “Point Break” y dependen de cómo te enfrentes a la película. Si, de alguna manera, eres consciente de que estás ante un remake de la mítica (sí, mítica) “Le llaman Bodhi”, entonces no hay ningún género de duda posible: “Point Break” es de los peores truños que puedas llegar a imaginar, con unos protagonistas carentes del más mínimo carisma tratando ridículamente de imitar poses y estilismos de Reeves y Swayze. Y eso mientras los pobres pelean por vocalizar, lo que confirma que han sido elegidos por un físico similar al de los originales más que por cualquier otra capacidad. En cuanto a su desarrollo, es cierto que se puede apreciar una voluntad de pasar por los sitios esperados mediante caminos alternativos, pero es en vano. La sombra del sensei de las olas es muy alargada y el conjunto queda acartonado, como un permanente esfuerzo por disimular y que no parezca que has copiado el examen de un compañero palabra por palabra. En este escenario, mal remake y peor película.

Pero hay una realidad alternativa. Supongamos que coges un avión de madrugada para hacer un viaje de los largos (a asia). La aerolínea es de esas de Qatar o Emiratos Árabes y en su cartelera todo está en inglés, salvo alguna excepción en español latino e, incluso, no abundan las que tienen subtítulos en castellano. Pongamos además por caso que no eres consciente de que “Point Break” era el título original de “Le llaman Bodhi” por lo que no se te ocurre pensar que pueda ser un remake. Bajo esas condiciones, el esfuerzo que comentaba antes por llegar a los checkpoints de la película mediante desarrollos alternativos puede provocar que un espectador adormilado y sin mucho espíritu crítico no ate cabos y relacione los paralelismos hasta que la película ya ha avanzado más de la mitad, ya se ha familiarizado con los protagonistas y sus carencias y, en conjunto, no ha estado pasando un mal rato (como para no pasar un buen rato con una de las mejores tramas del cine de acción noventero).

Así las cosas, se puede llegar a poner en valor el esfuerzo por no hacer una copia plano a plano en lugar de considerarlo una forma de engaño (o de complejos) y llegar sin problemas hasta el final de la historia para ver qué se les ha ocurrido a estos infelices. Sin la magia de unos protagonistas en su mejor momento, sin el talento para generar una atmósfera mística, sin la capacidad de Kathryn Bigelow para montar algunas de las secuencias de acción más impactantes del siglo pasado y con un barniz a “Fast and Furious” que le da un toque desconcertantemente hortera, “Point Break” se queda a años luz de la original, es obvio, pero consigue que un viaje transcurra de manera más amena.
OsitoF
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