Milla Jovovich salta, brinca, pega y dispara mientras un ejército privado de enmascarados al servicio de la Corporación Umbrella se come las hostias, un poco como una especie de metáfora de mi vida laboral en la que alguien reparte marrones y otros se los comen. Esta vez no tiene piedad ni remordimientos por dejar viudas o huérfanos por doquier (no piensa en las familias de esos pobres soldados que sólo están ahí para ganar el pan que alimente a sus esposas e hijos) y cuenta con la ayuda de unas clones que la ayudan de vez en cuando y el superpoder de escapar ilesa de accidentes de aviación.

En la parte positiva, “Resident Evil 4” vuelve a lo que se espera de una cinta de acción y supone un subidón respecto al coñazo de la tercera parte, me costó “sólo” 8.5 euros en lugar de los 11 porque dejaron que me hiciera una tarjeta allí mismo y merece la pena verla en 3D. A pesar de no ser realmente innovadora y utilizar el tiempo-bala hasta en la sopa, es un efecto especial que nunca decepciona y que es mejor salir pensando la película es poco original porque han abusado de él a salir del cine indignado porque no han querido gastar el dinero en efectos y sentir que se ha tirado a la basura la pasta que cuesta ver una peli en 3D.

En la parte negativa, es una película que hará las delicias de los buscadores de gazapos con abundantes situaciones inverosímiles, lagunas de guión y fallos de script que pasan desapercibidas en medio de la orgía de sangre durante la película, pero que son indefendibles en las conversaciones post-película y generan dudas sobre la rentabilidad de la entrada. Vi la película con dos amigos que nunca hacen ascos al cine comercial: uno no paró de resoplar en toda la película y la resumió en “¡han tocado fondo!” el otro, más reacio a reconocer su decepción admitió que “se han pasado de fantasmadas”.

Coincido con el segundo y un poco con el primero (queda claro que habrá una quinta parte y que seguramente será un pelín peor que ésta), pero a mí no me decepcionó porque encontré en ella todo lo que me esperaba: tiros, zombies, argumento cogido por los pelos, peleas, cachivaches de alta tecnología, gazapos, la Jovovich con atuendos escuetos y ajustados… en fin, lo dicho, valió la entrada.