No engaña a nadie. La promoción, el trailer, la sinopsis, todos, absolutamente todos dejan claro que “Encontrarás dragones” es una biografía autorizada del fundador del Opus Dei, Monseñor Escrivá de Balaguer, financiada abiertamente por la Obra… por lo que es perfectamente comprensible que se centre en la vida, aventuras y epifanías del reciente santo durante su infancia y juventud, volcándose en lo hagiográfico y obviando cualquier punto de polémica o duda.

Que nadie espere, por tanto, una revisión documental de la fundación del Opus, de sus cuentas económicas, de sus relaciones con Franco, de lo acelerado de su canonización, de sus dudosamente documentados milagros o de sus accesos de mal humor. “Encontrarás dragones” es un homenaje idealizado que la Obra dedica a su fundador ambientado en la infancia y juventud del recientemente nombrado ‘Santo de la Iglesia’ y que por momentos parece un cómic para catequesis. Almíbar puro. Un santo varón en estado puro que no pierde la fe, ni la compostura, ni los valores, ni los principios por duras que sean las pruebas (la muerte de sus hermanas y la, si creemos a la película, cuasi-pobreza de su infancia o la mismísima Guerra Civil de su juventud).

Aunque medios no faltan, la narración es un confuso cúmulo de flashes back and forward con el infantil hilo conductor de un amoral amigo íntimo del Santo al que finalmente ayuda a ver la luz. Y la puesta en escena peca, por así decirlo, de poco documentada de la idiosincrasia española. Por una parte, el reparto es plurinacional, pero los protagonistas son extranjeros y no encajan en la fisionomía española (tampoco contribuye demasiado el hecho de verles doblados, incluso a Jordi Mollá o Ana Torrent). Por otra parte, el director tampoco es español y su visión de lo patrio es muy folclórica y plagada de tópicos… a nuestros ojos, “Encontrarás dragones” es al mundo del cine lo que la Nancy de la Legión o el toro banderilleado de encima de la tele al mundo de los souvenirs. El amable amateurismo de las escenas de guerra, alejado del sangriento realismo de Hollywood, o lo medida que está cada frase para no despertar suspicacias ni polémicas tampoco contribuyen a escapar del ambiente de película de colegio de curas.

Visto con objetividad, todo es perfectamente coherente (el que paga manda) y hasta cierto punto interesante, anque como película queda un pelín flojilla.