Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
2
Romance. Drama En Barcelona, dos jóvenes que pertenecen a mundos opuestos se conocen. Ella, la dulce Babi (María Valverde), es una chica de clase alta que vive en un entorno tan protegido como poco excitante. Él, Hugo (Mario Casas), conocido como el duro "H", es un chico impulsivo e irresponsable, aficionado a las peleas y a las carreras ilegales de motos. Esta es la crónica de un amor inicialmente imposible que arrastrará a ambos a un frenético viaje ... [+]
5 de julio de 2012
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Por lo que más queráis, no le llaméis Hugo! Llamadle Hache porque si no Mario Casas se nos cabrea y se puede poner la cosa muy chunga, o sea, ¿vale? Rebelde hasta la médula, el muchacho no quiere ser nada ni nadie, quiere ser él, auténtico, sin dobleces ni falsedades, sin integrarse en esta puta sociedad hipócrita. Por Dios, como tiene que estar el pobre sufriendo por estar encerrado en una vida de mierda. Desde fuera, viéndole con su casa, sus abdominales, su moto, su papi y su hermano que le dan la pasta que quiera, nos puede parecer una vida feliz y hasta envidiable, pero estamos muy engañados, joder. La procesión va por dentro. Hache sufre mucho. De pequeño era un niño modelo, bien peinado, bien vestido, bien educado… pero sufrió un trauma comparable, como mínimo, a que te salga un pelo para dentro en el brazo y acto seguido (diez segundos después, no es coña) se convirtió en un macarra con chupa de cuero, que se caga en la viday sólo aspira a vencer al “Chino” y al “Rulas” para convertirse en el nuevo rey de la marquesina.

Aquí tengo que hacer un inciso obligado. La Marquesina es eso, un destartalado armazón metálico donde los nengs poligoneros dirimen sus diferencias. Nada de peleas ni carreras de motos, no. ¡¡concursos de flexiones en barra, guau, que póquer!! ¡¡Y con speaker!!! Y con poses de Toni Manero… Y después, para celebrarlo asaltan casas de ricos y echan jabón a las piscinas de los ricos para hacer espuma con cara de malosos, fuf, que latino, madre mía que rebelde…

Hache y sus aventuras son, siempre según la propuesta de esta película, el paradigma de una generación brillante pero víctima de la desesperanza. Una generación que lo quiere todo y lo quiere ya, pero sin mover un dedo, porque la vida es una mierda y hay que ir por ella dando bandazos a doscientos por hora para no ver lo que les rodea. O por lo menos de la mitad de esa generación, porque parece ser que la otra mitad ha nacido pija y en casas bien y tienen la vida resuelta por nacimiento. Viva el simplismo y el maniqueísmo. Negro y blanco, macarras buenos y pijos malos, juventud exigente y adultos intolerantes. No hay más que ver al “Pollo”, el fiel escudero de nuestro protagonista, leal y alocado, valiente y cínico… si el título “A tres metros sobre el cielo” no fuera tan insuperablemente lírico, yo habría puesto “Muerte de un pollo” a esta joya.

Sigo en el spoiler porque me quedo sin sitio, aunque el resumen es que esto es un truño que apesta a tres metros, a tres kilómetros o a tres años luz…. pero que se perdona porque se saborea cada instante de sus dos horas largas hasta una revelación final que de verdad que no decepciona. Lo que no le perdono a Mario Casas es que tenga los santos cojones de llamarse Hache igual que Horatio Caines cuando se le parece lo mismo que Dios a un gitano, un huevo a una gallina o este truñazo a “CSI Miami”.

Nivel de truño: suave, como caer sobre un montón de estiércol desde tres metros. La recomiendo, en serio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow