Gracias a “Zooloco”, Kevin James, desconocido por el nombre pero seguro que le ponéis cara cuando os diga que participó previamente en “Hitch” y “Os declaro… marido y marido”, arrasó en la pasada entrega de los OsitoF Awards 2012 al llevarse el OsitoF al gordito más adorable en pantalla, el OsitoF al mejor gordito al que le parten el corazón pero luego encuentra el amor verdadero y el OsitoF especial al mejor gag de humor que combine gordos, patines y tartazos.

Efectivamente, como nadie que haya visto previamente el trailer podría esperar, “Zooloco” no es una comedia revolucionaria, todos sus componentes ya están muy vistos: patosos, animales que hablan, borrachos y tartas de boda… y no ofrece nada especialmente destacable (ni siquiera risas) ni tampoco ningún momento de especial vergüenza ajena (de aburrimiento puntual como mucho). Se podría decir que pertenece a ese género de películas anodinas que no entiendes qué motivo hay para rodarla habiendo un ciento de ellas, pero dices «bueno, es su dinero… si lo quieren emplear en esto, mejor que en droga».

Técnicamente, sus limitaciones son enormes. Su gran apuesta es poner animales que hablan y que hacen animaladas (un valor cómico seguro) pero a poco que nos fijemos, no es que los animales estén amaestrados y participen en la película… en el 75% de las escenas, los animales hacen lo que quieren y luego se les ponen voces que encajen en lo que han hecho, por eso muchas escenas no tienen demasiado sentido en sí mismas ni en el global de la película (pero claro, si el mono hace una gracia involuntaria y lo hemos pillado en cámara, pues estiramos el guión para meter la escena). Argumentalmente las limitaciones son aún mayores: un gordito con trabajo cutre se enamora de una pija guapísima y sufre un desengaño… pero no parará hasta reconquistarla mientras, casualmente, tiene una compañera más guapa aún (aunque vestida informalmente) con la que congenia en todo… ¿cómo terminará la cosa? Pues eso mismo, pero con animales de por medio para alargar el metraje. ¿Y la estructura? También novedosa: nuestro gordito quiere reconquistar a la estirada y los animales le ayudan y aconsejan que haga alguna animalada (apartarla de la manada, orinarle encima, restregarse, berrearle…), él la hace, monta un ridículo, se enfada con los animales consejeros, le proponen otra animalada y vuelta la burra al trigo.

Lo sorprendente es que, contrariamente a lo que podría parecer, yo no dejaría que los niños vieran esta película. Los valores que termina transmitiendo son bastante discutibles: hay que acosar a la chica que te guste hasta que se rinda y a las mujeres les va la caña mogollón, es lo que les mola (aunque ellas no lo sepan) y cuanto peor las trates mejor te irá. No es que crea que la película pretenda ofrecer esa imagen, pero es lo que se ve en pantalla con un humor absolutamente nulo que me indique que todo es ironía.

Muy, muy, muy poquita cosa.