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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
5
Comedia La emoción y alegría de convertirse en padres llega de pronto para Pete y Ellie, una joven pareja que decide compartir su felicidad y sumar a su familia a Juan, Lita y Lizzy, tres niños que son hermanos entre sí. Pero con ello también comienzan muchos berrinches, portazos, cenas accidentadas, responsabilidades triples y... sobre todo, una gran familia. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acaba esta “Familia al instante” y queda la sensación de que entre la producción y el equipo técnico hubo un problema de interpretación: los primeros querían una película familiar con algún toque de humor y los segundos entendieron que les pedían una comedia sobre una familia. Lo que, en principio no debería de haber supuesto nada más allá de una pequeña brecha de expectativas, se agranda hasta la categoría de socavón por el hecho de que la película gira en torno al espinoso tema de la adopción. Y aquí hay que aclarar que hablo desde el punto de vista exclusivamente europeo, español concretamente, donde la adopción es una cosa asombrosamente complicada.

Quien haya tenido un mínimo de contacto con el tema sabrá que en España (posiblemente en Europa igual), no basta con reunir todos los requisitos para dar una buena vida a niños sino que los trámites burocráticos son exhaustivos y los procedimientos muy sacrificados, tanto en lo económico como en lo personal, requiriendo disponibilidad para viajar continuamente a los países de procedencia de los niños que, cada vez con más frecuencia, ponen inexplicables trabas de todo tipo. Y digo países de procedencia porque la adopción de un niño español (hasta hace un par de años, por lo menos) estaba cerrada. Me saltaré todas las reflexiones habituales sobre cómo puede ser que continuamente, sobre todo a la hora de comer, nos salgan anuncios de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales pidiendo ayuda (dinero) para niños huérfanos en sitios remotos y luego sea absolutamente imposible adoptar a esos mismos niños. Las explicaciones son oscuras, confusas y dogmáticas y me da vergüenza ajena reproducirlas: el que tenga interés que acuda a alguna charla previa de adopción y, si las entiende, que me las explique.

El caso es que, bajo este prisma, una película sobre las complejidades de la adopción -de buen rollo si se quiere, con algo de humor ligero- podría tener más sentido que la comedia gamberra que predomina en “Familia al instante”. También es cierto que quizá en Estados Unidos, si el sistema de acogidas y adopciones es tan eficiente, amigable y simple como lo pinta la película (una especie de tienda de mascotas donde eliges al niño o los niños que te interesan y te los llevas a prueba), hacer chistes sobre infertilidad, relojes biológicos y niños abandonados pueda resultar menos cruel de lo que parece desde este lado del charco. Y es que no hablamos de humor fino y sensible, sino de zascas que rozan (alguno supera) la deshumanización. Abuelas que no quieren nietos panchitos, hermanas que se regodean de volver a estar embarazadas en la cara de otras no son capaces de concebir, de padres que restriegan un certificado de adopción a otros que la cosa se les ha torcido…

No sé. Hace falta un gran esfuerzo para ver la película en su contexto y aislar una trama simple, familiar y de buen corazón de las situaciones humillantes a las que se exponen con la mayor de las naturalidades a ciertos personajes. Llena de altibajos y de emociones contradictorias, “Familia al instante” logra hacerse al final un hueco gracias a un reparto atractivo y a que no termina de colmar el vaso de la indignación, aunque haya veces que se quede realmente cerca.
OsitoF
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