En la adaptación al cine de “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares” Tim Burton encuentra una historia a la medida de sus capacidades, una recargada fantasía sin demasiadas ataduras con la realidad que le permite entrar y salir como y cuando quiere del terreno del humor light para pasar al terror soft y viceversa. Además cuenta con su nueva musa, la versátil Eva Green, en otro de esos complicados papeles que requieren tal equilibrio de ingredientes para encajar en un target de público tan amplio, que muy pocas actrices hubiesen salido con éxito de la tarea. Ahí el cine ha salido ganando con su separación de Bonham-Carter, que también es buena actriz, pero la libertad de elegir tu casting es importante.

La película lleva la firma de Burton por todas partes. En la poesía de sus buenas intenciones, en la colorida e irreal puesta en escena, en unos protagonistas alejados de la normalidad, en la habilidad para transitar de la luminosidad más optimista al tenebrismo en apenas unos segundos… su estilo está presente en cada escena, aunque el hombre conserva talento para hacer percibir esas esencias de otras películas suyas en un plano subconsciente y no pensar que anda reciclando material. En ese sentido, “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares” es bastante original en todos los sentidos, muy lograda y coherente, quizá su película que más sigue la senda correcta de “Big Fish” de los últimos tiempos. Y sin Johnny Deep.

Muy imaginativa, con una trama bastante solvente que se presta a incluir toda clase de efectos especiales y elementos sobrenaturales, la película no tiene apenas defectos. Capta la atención del espectador y la retiene desde casi el principio hasta el final, ofreciendo un rendimiento espectacular en cuanto a la cantidad de giros y elementos que es capaz de incluir en poco más de dos horas que se pasan volando. De hecho, el cuerpo pide más. Quizá, en un primer momento, el choque entre la parte del argumento que se desarrolla en el mundo real y la que se desarrolla en el universo Burton puede resultar un poco abrupta, lo mismo que la integración de niños en una trama que cae por momentos en una oscuridad bastante siniestra. Y es que Burton se ve obligado a hacer en sólo una película la transición de cuento infantil a fantasía juvenil que a Harry Potter le llevó siete películas y media. Pero el resultado, en todos los sentidos, es sensacional.

No tengo más que buenas palabras en lo técnico y en lo argumental. Igual que en lo humano y mira que es arriesgado eso de trabajar con niños, pero todo el reparto está a muy bien nivel, especialmente la ya mencionada Green y un Samuel L.Jackson que se está especializando en dejar para la historia unos villanos a los que es capaz de imprimir una personalidad propia fuera de lo normal. Una película que te engancha cada vez que la echan en la tele y a la que le descubres continuamente cosas nuevas.