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Voto de OsitoF:
3
6,1
15.898
Drama. Romance
Isabel la Católica (Susi Sánchez) envía a su hija Juana (Pilar López de Ayala) a Flandes para que se case con Felipe el Hermoso (Liotti). Se trata de un matrimonio de carácter político que sirve para sellar y garantizar una alianza dinástica entre los Reyes Católicos y el emperador de Alemania Maximiliano I, con el fin de aislar a Francia. Siguiendo la misma política, se había concertado el matrimonio de Catalina y Enrique VIII de ... [+]
3 de noviembre de 2008
42 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro que hacer una película de pretensiones históricas suele suponer un importante esfuerzo (y desembolso) en atrezzo, ambientación, localizaciones... para que la cosa resulte vistosa. Pero no hay que olvidar que las buenas películas de época también se caracterizan por su trabajo de documentación para conseguir fidelidad con la historia y que las personalidades
queden reflejadas en la trama.
En "Juana la Loca" Vicente Aranda apuesta claramente por lo primero (que para eso está el dinero de todos, para suvencionar vestidos, uniformes y desnudos medievales) y se olvida de lo segundo. El que quiera conocer un poco de la historia de España, las personalidades de Juana y Felipe o las intrigas palaciegas del siglo XV que se compre un libro o que vea un documental. La única labor de documentación que se ha seguido en la película es recopilar todas las anécdotas, rumores y patochadas sobre los amoríos de los padres de Carlos V para luego mezclarlos y adornarlos en la calenturienta cabeza de Vicente Aranda. ¿El resultado? Pues el que cabría esperar: Juana era una perraca ninfómana y Felipe el Hermoso un pichabrava. Cualquier otro matiz, sobra y al que no le gusta, que reviente.
Y claro, con esa idea central de mostrar tetas y culos (eso sí, en medio de grandes salones y con mucho secundario disfrazado para disimular), ya no sorprenden tando ciertas decisiones que en principio podían parecer extravagantes, como las aficiones masoquistas de Juana la loca (es cierto que no conozco mucho de la historia concreta de esa reina, pero me apuesto virtualmente mi nónima de este mes a que no existe un solo libro ni pergamino en el que dichas tendencias estén documentadas), que Felipe el Hermoso era de raza gitana (gran labor de casting, sí señor...) o que el rey Fernando de Aragón hablase con acento de las Rías Bajas gallegas (otro acierto en la selección de actores). -"¡Qué coño!" - debió pensar Vicente - "Es mi película y si yo digo que Fernando hablaba como Cañita Brava, Fernando hablaba como Cañita Brava. Y el que no lo comparta, que pida una subvención y que se haga su propia peli".
Sigo en spolier, que me quedo sin sitio.
queden reflejadas en la trama.
En "Juana la Loca" Vicente Aranda apuesta claramente por lo primero (que para eso está el dinero de todos, para suvencionar vestidos, uniformes y desnudos medievales) y se olvida de lo segundo. El que quiera conocer un poco de la historia de España, las personalidades de Juana y Felipe o las intrigas palaciegas del siglo XV que se compre un libro o que vea un documental. La única labor de documentación que se ha seguido en la película es recopilar todas las anécdotas, rumores y patochadas sobre los amoríos de los padres de Carlos V para luego mezclarlos y adornarlos en la calenturienta cabeza de Vicente Aranda. ¿El resultado? Pues el que cabría esperar: Juana era una perraca ninfómana y Felipe el Hermoso un pichabrava. Cualquier otro matiz, sobra y al que no le gusta, que reviente.
Y claro, con esa idea central de mostrar tetas y culos (eso sí, en medio de grandes salones y con mucho secundario disfrazado para disimular), ya no sorprenden tando ciertas decisiones que en principio podían parecer extravagantes, como las aficiones masoquistas de Juana la loca (es cierto que no conozco mucho de la historia concreta de esa reina, pero me apuesto virtualmente mi nónima de este mes a que no existe un solo libro ni pergamino en el que dichas tendencias estén documentadas), que Felipe el Hermoso era de raza gitana (gran labor de casting, sí señor...) o que el rey Fernando de Aragón hablase con acento de las Rías Bajas gallegas (otro acierto en la selección de actores). -"¡Qué coño!" - debió pensar Vicente - "Es mi película y si yo digo que Fernando hablaba como Cañita Brava, Fernando hablaba como Cañita Brava. Y el que no lo comparta, que pida una subvención y que se haga su propia peli".
Sigo en spolier, que me quedo sin sitio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero en fin, no todo van a ser cosas negativas. Quitando el hecho de que resulta ridícula en su papel de señora calentorra que va frotándose hasta con los árboles, Pilar López de Ayala lo hace francamente bien. Pero es culpa del guión y no suya... y no sólo convence en las escenas de furia y demencia (dar voces y poner caras de mala hostia lo hace cualquier petarda encumbrada como Victoria Abril), sino a lo largo de toda la película. Por otra parte, Vicente sabe que el punto fuerte son los castillos, los salones y los ropajes y lo vende bien... No se corta en hacer planos lejanos para apreciar la inmensidad de las habitaciones o la grandiosidad de ciertas cabalgadas entre los bosques. El problema es que si a la mayoría de los actores españoles cuesta entenderles cuando están en primer plano, escucharles a lo lejos y con reverberación es un suplicio. Afortunadamente, Vicente ha tomado la decisión, acertada, de doblar al castellano al inexpresivo Felipe, a la piba mora (otro personaje que tiene de histórico lo mismo que yo) y que por lo menos la película se puede seguir.
Termino ya. Aunque la película tiene la misma credibilidad histórica que aquella "Juana la loca, de vez en cuando" de Mariano Ozores (enmarcada dentro de su trilogía de "El Cid Cabreador" y "Cristóbal Colón, de oficio descubridor") es vistosa. Flojita, pero vistosa... y dentro de lo que nos tiene acostumbrado Mr. Aranda, se puede considerar casi como hecha en serio.
Termino ya. Aunque la película tiene la misma credibilidad histórica que aquella "Juana la loca, de vez en cuando" de Mariano Ozores (enmarcada dentro de su trilogía de "El Cid Cabreador" y "Cristóbal Colón, de oficio descubridor") es vistosa. Flojita, pero vistosa... y dentro de lo que nos tiene acostumbrado Mr. Aranda, se puede considerar casi como hecha en serio.