Igual que estaba cantado que “Jurassic World” iba a dar buenos resultados – había dejado pasar un tiempo más que prudencial para desintoxicar a un público saturado de dinosaurios, no había reiventado nada gastando una pasta en efectos especiales y apostándolo todo a la química cómico-romántica de los protagonistas- también era previsible que no iba a pasar mucho tiempo sin hacer una segunda parte. ¿Necesaria? Desde el punto de vista argumental, desde luego que no - todo podía considerarse perfectamente cerrado- pero, oye, ¿quién es tan tonto como para dejar pasar la oportunidad de llenarse los bolsillos ahora que el mercado estaba calentito para aceptar una secuela?

El plan fue continuista en todos los sentido y la estrategia, sencilla: no complicarse la vida. Llamaron a un tío de moda español con fama de hacer películas serias sin hacer ascos a los grandes presupuestos y los efectos especiales, mantuvieron el plantel, aumentaron el presupuesto y elaboraron un guion con más ingeniería genética para crear dinosaurios más guays y que buscara la forma de llevar la acción a una gran ciudad para traer a colación el mensaje «ojito con la Pachamama que luego pasa lo que pasa». Infalible. Una película que lleva la palabra ‘comercial’ escrita en cada plano. No se le puede poner ni un solo pero ni tampoco ningún adjetivo tipo ‘imprescindible’ o ‘novedosa’. Nunca formará parte de ninguna lista de las 100, 1000 o 10.000 películas que debes ver antes de morir. Pero tampoco decepciona y puedes contar con ella para pasar un rato agradable y ver de vez en cuando algunas de sus escenas más llamativas.

Para terminar, un comentario. No os dejéis engañar por el forofismo patrio de cierto sector de la crítica profesional española que la califica como la mejor de la saga sólo por detrás de la primera de Spielberg. A ver. Bayona es tío competente que se desenvuelve bien con efectos especiales y mucho presupuesto, pero hay más cine en cualquier película de Spielberg que en la más icónica de sus escenas. “Jurassic World: el reino caído” está bien, pero está muy, muy lejos de “Jurassic Park”, algo más cerca – tampoco no mucho más- de “Jurassic Park 2 (el mundo perdido)” y a la altura del resto, matiz arriba, mariz abajo. Si haces una cata ciega y ves las nuevas Jurassic World, primera y segunda parte, es imposible distinguir su director. ´Para mí eso es positivo y dice mucho de la profesionalidad de Bayona para integrarse en un proyecto y poner su talento al servicio de la franquicia. Y también dice mucho de la babosería del periodismo español que mira la nacionalidad a la hora de hacer críticas.