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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
8
Thriller. Drama James Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn (Nueva York) se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS cuando se encarga de defender a Rudolf Abel, detenido en los Estados Unidos y acusado de espiar para los rusos. Convencido de que Abel debe tener la mejor defensa posible, Donovan incluso rechazará cooperar con la CIA cuando la Agencia intenta que viole la confidencialidad de comunicaciones entre ... [+]
10 de febrero de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La diferencia (bueno, una de ellas, quizá la más importante) entre un gran director y un fokin genio es que el primero hace «rueda» grandes películas y el segundo «hace» grantes películas, saca adelante peliculones donde, sobre el papel había un proyecto normalito (con suerte). En otras manos “El puente de los espías”, una historia sobre el canje entre la URSS y los EEUU de dos agentes durante el apogeo de la guerra fría concebida como una obra con mucha política y legislación y apenas un poco de acción, hubiese llegado a la pantalla como una película cortada por el patrón de las adaptaciones de John Le Carré: funcionarios de medio y alto nivel moviendo los hilos entre bambalinas y funcionarios de bajo nivel ejecutando operaciones que implican mucha espera, mucha paciencia, mucha negociación de ida y vuelta tirando más de legislación que de gatillo. Espiar es esperar, suele ser la filosofía de sus libros y la verdad es que están muy bien, pero no son para todos los gustos.

Con los mismos mimbres, Spielberg, como el genio que es, hace una especie de entrega de la saga Jason Bourne, con una tensión palpable en cada plano, pero sin disparos ni peleas. No hay parkour, no hay seguimientos por satélite, no hay equipos SEAL, ni complejas persecuciones a toda velocidad, pero consigue hacer sudar al espectador con agentes del FBI de los años cincuenta siguiendo a un espía con medios rudimentarios (el periódico con agujeros en los ojos y poco más) o trasladando la mera sensación de que en cualquier calle de Berlín podías acabar con un disparo por la espalda sin aviso ni preguntas. Los personajes son brutalmente consistentes y dotados del cínico pragmatismo que requiere trabajar en un ambiente de reglas difusas y fronteras no siempre visibles. Y, aún así, Spielberg encuentra resquicios (una escena familiar por aquí, un malentendido justificado por allá) en los que colocar algo de humor serio e inteligente que sirven de aliviadero a tanta tensión acumulada.

Aunque puede parecer una trama simple, la película es consciente de que hay mucho tema que tocar y no hay un momento desaprovechado. Cuando no está construyendo personajes con las acciones más cotidianas, está aportando contexto histórico o documental (en dos planos explica la ventaja de EEUU en la guerra del reconocimiento fotográfico gracias al U2) o usa el único momento justificable de la historia para colocar una secuencia de acción adrenalínica (Gary Powers tratando de esquivar los SAM-2). Más aún, a Spielberg le da tiempo a, usando la coyuntura de una época marcada por la histeria de la guerra nuclear, llamar la atención sobre una circunstancia recurrente y que no entiende de épocas: la de prejuzgar y negar derechos fundamentales al acusado por el mero hecho de ser «evidentemente culpable».

En conjunto, “El puente de los espías” no da un respiro y cada escena es una pelea diplomática, una batalla dialéctica o una guerra legal, con la amenaza permanente de un arresto sin garantías o un asesinato en las sombras. Hablar de thriller es quedarse corto. Es dramática, es inquietante, es histórica y didáctica, es emocionante y conmovedora. Es Spielberg haciendo magia y haciendo grande al cine.
OsitoF
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