Cuanto antes lo suelte, mejor para todos: nunca me entusiasmaron las Terminator de James Cameron. Ojo, reconozco que son joyas y, cada una a su manera, Historia del Cine: “Terminator” por revolucionar la ciencia ficción con una historia de robots asesinos y viajes en el tiempo usando efectos especiales rudimentarios y “Terminator 2” por llevar el mundo de los efectos especiales a un nuevo nivel. Pero igual que no puedo negar que Cameron es un visionario, creo que no sabe hacer sacrificios para que sus películas resulten equilibradas: crea villanos dignos de pasar a la historia pero, a la vez, quiere que la cosa acabe bien y no sabe hacerlo sin forzar la trama. El primer Terminator demuestra ser una máquina de muerte tan perfecta en el primer tercio de película, que la única manera de hacer que Sarah y Kyle escapen de sus garras es provocando extravagantes casualidades, conveniencias y comportamientos estúpidos. Reconozco que estuvo inspirado con el segundo Terminator enfrentando a dos máquinas pero otro problema de Cameron es su escaso instinto a la hora de los castings: Linda Hamilton y el joven John eran lo contrario al carisma, un duelo de protagonistas odiosos.

Ya puestos, lo cuento todo. Lo más interesante de la saga Terminator siempre me han resultado las escenas que tienen lugar en el futuro, cuando la humanidad pelea abiertamente contra las máquinas y, por eso la película que más he disfrutado y que he visto más de una vez es “Termination Salvation” que, aunque entre los entendidos no pasará a la historia, para mí localiza un hueco argumental y desarrolla una historia creíble, bien traída y perfectamente integrada en la franquicia.

“Terminator Génesis” arranca bien, en el futuro, en la batalla decisiva entre la humanidad y las máquinas, y no escatima metraje ni efectos especiales en secuencias multitudinarias coherentes con esa atmósfera gris, polvorienta e iluminada con neón que, según el canon, escenifica el futuro de la tierra tras el advenimiento de Skynet. Se agradece que se atreva a aportar datos concretos sobre la mitología de la saga y el conjunto resulta ser una introducción bastante correcta al esperado viaje en el tiempo con el que da comienzo la nueva aventura. Una aventura cuyos puntos fuertes son el casting, el humor y los efectos especiales y, hasta cierto punto, la trama. Recupera a un Arnold ya mayorcete, pero con más tablas que nunca y ficha a la mediática Emilia Clarke dando por fin al papel de Sarah Connor un tono con el que puedo empatizar. El conjunto lo completan el siempre cumplidor Jason Clarke y un Jai Courtney (cuando todavía intentaban convertirlo en el nuevo héroe de acción) que no se hace con el papel, pero tampoco la lía demasiado.

Los efectos especiales no son punteros, pero están usados con inteligencia y distribuidos con equilibrio, de manera consistente con la historia que quiere contar. No creo que haya nada que no se haya visto antes, pero el guion plantea secuencias en las que sacarles partido haciendo que parezca que todo tiene sentido y que no se han forzado las cosas para justificar un holograma o un retoque digital. El binomio fondo-forma es coherente y atractivo, lo cual se agradece. Donde “Terminator Génesis” funciona es en el terreno del humor cómplice, con chistes malos que en boca de Arnold suben de categoría y ese factor X de Emilia Clarke que genera chispas en todo lo que toca. En su conjunto, la película se hace simpática, entretenida y fácil de ver. La trama es respetuosa con la mitología, hace continuos y afortunados guiños a todas sus predecesoras y trata de poner orden en el caos que supone tratar de soslayar las paradojas temporales derivadas de cualquier viaje en el tiempo. Tiene mérito que lo consiga durante un buen rato, más que otras películas ‘más inteligentes’, antes de que el entramado se caiga por sus propias contradicciones. Pero cumple su objetivo porque para entonces ya estamos en la fase de «corre y dispara» y ya todo lo que no sea empacharse con explosiones, disparos y peleas, da un poco lo mismo. Se echa en falta un poco de valor en ciertas decisiones narrativas, pero el conjunto es disfrutable. Por lo menos, para mí. Y sí, reconociendo que no es mejor película que las de Cameron, me gustó más.