Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Felipe Larrea:
8
Comedia. Drama La película narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de coches usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí ... [+]
1 de mayo de 2011
25 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente tiendo a ordenar mentalmente el cine en tres categorías:

1) Populista: Aquel que trata de saciar los instintos más primarios de un espectador al que en realidad el cine no le interesa. Por ejemplo el Hollywood más descerebrado, las españoladas o Bollywood.
2) Popular: Aquel que conecta con el público respetando y estimulando su inteligencia, de acuerdo a criterios objetivos de calidad. Por ejemplo, cualquier cineasta clásico o moderno que se haya labrado un prestigio "justificado": Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Clint Eastwood, los hermanos Coen, Luis G. Berlanga, Steven Spielberg, etc. Me atrevería a incluir también a Ingmar Bergman.
3) Elitista: Aquel que busca estimular el ego de su creador y de los parásitos y papanatas que viven bajo su sombra. Un ejemplo bastante gráfico: "Uncle Boonmee", declarada mejor película de 2010 por Cahiers Du Cinema. No la he visto, como tampoco veré "A todo gas 5".

La clasificación es relativamente válida en otros ámbitos culturales, como la televisión, la gastronomía o la música. En otros casos solo añade confusión, como el de los automóviles: cuando uno se compra un BMW o un Mercedes quiere probar con "hechos" que es mejor que los demás, y de paso deslumbrar al personal con esos putos faros de xenon que la única razón por la que son legales es porque los legisladores los llevan de serie en sus coches. Pero, ¿en qué convierte eso a estos artículos de lujo?, ¿en productos populistas o elitistas? Todos los poligoneros de este mundo sueñan con un BMW, pero ninguno presume de poder decir de carrerilla "apichatpong weerasethakul" (nombre del director de "Uncle Boonmee"). La ministra de cultura sin embargo, se queda con el carro y escribe el nombre del inclasificable autor asiático sin faltas de ortografía.

Otros dos tipos que añaden confusión son Mariano Cohn y Gastón Duprat, responsables de "El hombre de al lado". Su película enfrenta a un representante del bando populista con otro del bando elitista mediante un conflicto provocado artificialmente por la actitud de ambos. El primero recuerda a aquellos justicieros cuyo concepto de la honestidad varía en función del rédito que les proporciona y que logran el reconocimiento social a base de caradura y sinceridad brutal. Algo parecido a House o Mourinho, o aún mejor, a un Coto Matamoros con el que guarda cierto parecido físico. Vamos, un tipo cuyo porte siempre desafiante solo cae medio simpático cuando se observa en la distancia.

El segundo es un arrogante desconectado de la realidad, arquitecto de renombre él, y para más inri dueño y señor de la única vivienda diseñada por Le Corbusier en América del Sur. Los directores se ensañan con ambas caras de la moneda pero ponen especial énfasis en el sosías de Julio Medem. Reconozco que he disfrutado con bastante maldad del linchamiento, especialmente con la épica mala leche de escenas como la escucha de música vanguardista o el ligoteo con la alumna.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Felipe Larrea
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow