En una época en que la originalidad brilla por su ausencia, en que el cine atesta sus pantallas de burdos remakes y secuelas y en que Hollywood continúa sumido en un declive del que únicamente pequeños destellos cinematográficos le salvan, han comenzado a surgir en Estados Unidos un grupo de series insólitas de evidente categoría, como Prision Break, House o Lost. Aplaudo la valentía de sus creadores, que se exponen al fracaso con los riesgos que supone la singularidad. A este tren en marcha acaba de subirse Héroes con contundencia.

Pero esta no sólo es una serie osada e inusitada, sino que cuenta con un montón de características excelentes. Más allá de su maravilloso guión y de su argumentación magistralmente planteada; posee unos efectos especiales dignos de una superproducción, una fotografía preciosa, unos personajes entrañables y bien enlazados y unas interpretaciones extrañamente superiores a lo corriente en televisión.


Estas son las sensaciones que sus primeros diez capítulos me han regalado. Espero que se mantengan.