Recuerdo cuando dejé de tener edad para jugar con mis barbies o otros juguetes de niñas, mi madre, un día, me dijo que no los usaba y otros niños podían quererlos, algunos por desgracia, estaban demasiado desgastados, rotos y terminaron en la basura. Conservo algunos, muy pocos, pero realmente el que guardo en una estantería, es un osito de peluche con el que alguna vez dormí, está muy deteriorado de tanto pasar por la lavadora y una de sus orejas tiene la costura desecha de llevarlo de la oreja por toda la casa, hoy en día me recuerda la inocencia de mis juegos con él y con ellos, también que eran mis amigos silenciosos e inanimados (o tal vez no :D) El caso es que supongo que algunos los disfrutaron otros niños y quien sabe que fue de ellos, me gusta pensar que alguien conserva alguno con cariño, como yo guardo unos pocos. Los que vengo a decir, es que muchos de nosotros tendrán una historia parecida y en mi opinión, si ven esta película os veréis reflejados en muchos de los sentimientos y verdades de lo que significa tener juguetes. Reiréis, lloraréis, os morderéis las uñas, disfrutaréis, sentiréis que ha valido la pena pagar por ver este film y que no os arrepentiréis. Os presento el oscar 2010 en animación.