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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
7
Thriller. Acción. Comedia Nils conduce una barredora de nieve por un remoto paraíso nevado. Un día recibe una llamada telefónica: su hijo, que acababa de empezar su carrera universitaria en Oslo, ha muerto por una sobredosis de droga. Sin embargo, Nils no cree la versión oficial, y en su empeño por averiguar la verdad y cobrarse venganza, se verá envuelto en una guerra entre bandas de narcotraficantes. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez me gusta más el thriller nórdico: Millenium, Forbrydelsen, Bron, ese extraño híbrido que es Fortitude... y ahora este Uno tras otro, un chorro de aire polar en la atmósfera viciada del thriller actual. Historia de una venganza, perpetrada por un hombre corriente cuando se entera de que su hijo ha sido asesinado por una banda de narcos, enfrentado a una poderosa organización criminal, a cuyo frente se halla el Conde (deslumbrante interpretación de Pal Sverre Hagen, todo un descubrimiento). Cuando esta organización, creyendo erróneamente que quien está acabando con sus miembros es un elemento de la competencia. asesina al hijo de un narco serbio, los del Este desembarcan en Noruega con la intención de vengarse. Lo que da un toque de distinción a esta pieza es su macabro sentido del humor, mezclado con comentarios irreverentes y políticamente incorrectos, que salpica toda la narrativa y aporta un cierto alivio al catálogo de atrocidades que vamos presenciando (por ejemplo, la forma de enumerar a los caídos en combate, o el abismo que separa a los patanes serbios de los refinados noruegos, aunque en el fondo todos sean aterradores). Bruno Ganz tarda una hora en aparecer en pantalla, pero enseguida se adueña fácilmente de la función, en dura pugna con el mencionado Hagen: el combate acaba en tablas. Cabe decir que el nivel interpretativo es altísimo, y que el guión está trabado con habilidad y gran sentido de la ironía. Memorable fotografía de Philip Ogaard. aunque claro, con esos paisajes cualquiera no se luce. Obra muy recomendable, aunque haya pasado desapercibida.
Eduardo
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