Michel Audiard fue uno de los guionistas galos más famosos y solicitados durante 35 años. Solía incidir en la comedia y el polar, aunque no dudaba en tocar otros géneros. Utilizaba con magistral intuición el lenguaje popular en sus diálogos y, si bien no firmó obras maestras, se dedicó a esparcir felicidad entre los aficionados al cine a lo largo de más de 100 títulos. Justo lo contrario de su hijo Jacques, que siempre se ha dedicado a tocar los huevos al personal con tremebundos dramas aplaudidos encarnizadamente por la crítica. No se puede decir aquello de "de tal palo tal astilla". Tampoco estoy diciendo que sea un mal director, faltaría más, sino que sus películas me resultan agobiantes y pesadas. Sea como sea, con el fin de certificar la mala salud de hierro del western, he aquí que el realizador y cineasta francés ha querido aportar su toque al género, rodando una cinta muy personal con sus habituales personajes torturados. Los hermanos Sisters son dos despiadados asesinos a sueldo del Comodoro, un ser mítico que suponemos es el cacique de una ciudad, o incluso de un estado. Cumplen su trabajo con diligencia y eficacia, y sin hacerse preguntas, algo muy desaconsejable para su honrada profesión. Hasta que les encomiendan arrebatar una fórmula que permite encontrar oro con celeridad. Y ahí empiezan los problemas... Eli (John C. Reilly en estado de gracia) y Charlie (Joaquim Phoenix, un actor de lo más irritante) arrastran una historia familiar de malos tratos y alcoholismo que ha marcado sus vidas y les ha convertido en lo que son. Por circunstancias que no mencionaré, tendrán que aliarse con sus presuntas víctimas para sobrevivir, no sólo a los depredadores habituales, sino a los enviados del Comodoro, que olfatea tongo. La película posee un ritmo propio al que hay que adaptarse, de lo contrario puede llegar a ser un muermo, aunque haya cabalgadas, tiroteos y atrocidades diseminadas a lo largo del relato. Contiene una banda sonora del gran Alexandre Desplat que no llama a las puertas de los clásicos, sino que desarrolla su propia visión de los parajes y situaciones que adornan las vicisitudes de nuestros (anti)héroes. Para westerns recientes, prefiero Hostiles, que ni siquiera se estrenó (ver mi crítica), pero Los hermanos Sisters tiene su aquel, aunque hay que currársela con paciencia y entereza. Consignar la buena interpretación de Jake Gyllenhaal y el desconocido Riz Ahmed, la brevísima aparición de una irreconocible Carol Kane, y el curioso caso de Rutger Hauer, apenas unos segundos en pantalla, sin diálogo y en un ataúd...
Un caso curioso a visionar sin prejuicios.