Aburrida y lenta, la película. Y yo defraudada porque, tras leer tanta crítica favorable, pensaba que esta sí me iba a gustar, que por fin vería una buen película de amor made in Usa.
Alguna buena fotografía de NY, y buena música de ópera. Lo demás, insalvable.
Los actores, cuasi cuarentones, no cuadran para interpretar personajes de veinteañeros. Resulta ridículo ver a gente de más de 30 comportarse como crios de menos de 20. Gwyneth que parece una foto fija, y es una de las actrices más inexpresivas del cine actual, logra quedar esperpéntica cuando enseña la teta (¿tal vez un guiño del director a aquella memorable imagen de "el expreso de medianoche", si mi memoria no me falla?). Vinessa, tampoco aporta mucho qué digamos, excepto su belleza plástica personal, y Joaquin, comprendo que después de esta película diga que quiere dejar el cine.
Si esto es lo mejor del cine made in Usa que llega a nuestras pantallas grandes, mejor quedarse en casa y verla espanzurrado en el sofá.