Mirar atrás y observar que el tiempo se ha escapado es algo que todo ser humano ha hecho, porque lo que queda detrás es más lo que somos que lo que queda delante, que más bien es lo que seremos. De lo que queda atrás hay pruebas reales, no puede hacerse nada más que recrearse en ese pasado, lamentarlo, sentir nostalgia, orgullo quizás, cada uno con su pasado sabrá lo que hace. Puede que el futuro sea la vida, más que el presente, pero lo que somos seguramente es lo que fuimos. "La prima Angélica" es un maravilloso ejercicio de transparencia personal que conduce Carlos Saura de forma magistral a través de José Luis López Vázquez. No es una película de acción, es una película de observación interior... pero cuidado, no a través del estilo aburrido y cansino de algún director del norte de Europa. Jugamos en casa y eso siempre suma, además de las caras conocidas de los actores hay una Guerra Civil que a todos nos suena, hay curas, juegos de niños y escenarios que a todos nos suenan.

La proximidad del contexto de "La prima Angélica" para el espectador español la hace mejor, de eso no tengo ninguna duda, pero además es una película bien hecha que escarba en el pasado de un personaje tan terrenal como podría ser nuestro padre o nuestro abuelo, alguien que sufrió y padeció en su infancia, que jugó y se enamoró. Alguien repleto de sentimientos que ha sido capaz de transmitirme sus emociones. La influencia de Marcel Proust es incuestionable, aunque lo que dijera el escritor francés a través de una madalena sea un proceso mental muy común a cualquier persona, a través de cualquier otro olor, una imagen, una canción... Rememorar el pasado a través de los sentidos es algo habitual. Marcel Proust lo hizo a través de la literatura, buscando el tiempo perdido, Carlos Saura visitando el pueblo de su infancia, Bergman con sus fresas y cada uno a nuestra manera a menudo sin querer.

De esta película sólo puedo hablar bien, de su actor principal, que lo borda, del uso de la técnica de colocar a la niña en el pasado y en el presente, de colocar al protagonista casi cincuentón de niño en el pasado, del padre de la niña que es igual físicamente al marido... Una película que sumándolo todo da como resultado que me ha emocionado, qué vamos a hacerle, con lo caro y raro que es algo así.