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España España · Gijón
Voto de Xanadú:
10
Romance. Drama. Aventuras Finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un hombre herido viaja en un convoy sanitario por una carretera italiana, pero su estado es tan grave que tiene que quedarse en un monasterio deshabitado y semiderruido, donde se encarga de cuidarlo Hana, una enfermera canadiense. Aunque su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, tiene todavía ánimo para contarle a Hana la trágica historia de su vida. (FILMAFFINITY) [+]
16 de enero de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es incomprensible para mi que a alguien no le motive esta cinta, o es la frialdad personificada o su racionalidad en tests de personalidad es de un 99% por lo cual debe de estar cerca de ser un humano con sentimientos robotizados¿? La vida nos pide siempre que seamos racionales, en nuestras profesiones, en nuestras decisiones y en nuestras actitudes. Y así debe ser para que nuestra vida tenga algún orden y estabilidad. Ahora bien, lo más mágico, gratificante y también destructivo de nuestra personalidad es esa emotividad y visceralidad profunda que nos convierte en seres capaces de amar con más intensidad y sufrimientos que otros seres vivos.
Esta película contiene en grado sumo esa característica del ser humano, desborda todo lo que pasaría si se vive la vida de forma emocional al 100% en medio de una situación desgarrada como es una guerra (podría ser cualquiera pero es la segunda guerra mundial para juntar un diferente abanico de nacionalidades). Es un caleidoscopio de sentimientos de todas las clases (la gente que habla únicamente de amor lo simplifica todo) en todas sus facetas, en todas sus amalgamas, los sentimientos se apoderan de unos personajes que intentan ser fríos, inmunes o resistentes y los derrumban, los devastan, los llevan al éxtasis, en definitiva a la vida con mayúsculas con un escenario que los hace sucumbir y les pasa factura, pero sin renunciar jamás a vivir la vida de forma límite. No hay discursos políticos vistos desde un punto de vista racional o reflexivo, todo en la cinta está visto desde un punto de vista emocional y romántico (en el sentido artístico) sin leyes, sin corsés, sin consejos, sin moralejas y sin ideologías reafirmadas. Es la vida humana, el amor y la guerra, sin más. Y todo ello dirigido, escrito, fotografiado, musicalizado e interpretado de forma sublime como en un día de gracia divina. No es larga, puesto que nos propone un viaje de pulso lento. Dejarse embargar por esta cinta nos hace reflexionar sobre nuestra propia capacidad emocional (lo cual te puede pasar con cualquiera de los protagonistas, incluido el marido traicionado) y hasta que punto te toca la fibra es un diagnóstico de ello. Debería estar incluida en las listas de indispensables atemporales de cualquier cinematografía. Con el tiempo podrá alcanzar el lugar que le corresponde.
Xanadú
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