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Voto de thudsavan:
8
5,9
31.044
Ciencia ficción. Aventuras. Drama. Romance
Tras el impacto con un gran meteorito, una nave espacial interestelar que viaja con piloto automático a un planeta lejano transportando a miles de personas, tiene una avería en una de las cápsulas de hibernación. Como resultado Jim Preston (Chris Pratt), uno de los pasajeros, se despierta noventa años antes del final del viaje. Estando completamente solo en la nave, Jim intenta por todos los medios volver a hibernar, pero tras un año ... [+]
3 de enero de 2017
35 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi por primera vez el trailer de esta película no pude sino pensar "otra película trágica de ciencia ficción espacial que pretende ser realista". Como si no fuera suficiente con Marte, Interestellar, Prometheus o Gravity -más un largo etcétera-, Chris Pratt y Jennifer Lawrence nos protagonizaban una más, para engordar una lista que lleva siendo moda en los últimos años. No por ello pienso que estas películas sean malas, de hecho, me gustan la mayoría de ellas por muy inverosímiles que sean; pero, tras tantas y tantas, acabas teniendo la sensación de que ninguna te aporta nada nuevo, que todas vienen a contarte una historia más o menos original e interesante rodeada de un mundo fantasioso que se mueve y funciona acorde a lo que la trama requiere, y con un final bastante predecible.
Así que, cuando fui al cine, no iba muy esperanzado. Y me llevé una sorpresa. Una grata sorpresa.
Si algo destaca entre las películas de ciencia ficción modernas es ese "hiperrealismo" que pretenden conseguir, dándote explicaciones seudocientíficas que no entiendes a temas que realmente no quieres entender, y que encima, en general, no son verídicos. Pero en esta película las cosas no son así. Los protagonistas no son sino pasajeros atrapados, y saben lo que saben como gente de a pie, o lo que han conseguido aprender en su estancia en la nave. Si algo no funciona o no le encuentran solución, se fastidian. Si algo les preocupa, sienten miedo y desesperación.
Así está la cosa. Nos hemos quedado atrapados en esta inmensa nave, probablemente porque haya habido un fallo grave y peligroso que no podemos arreglar, y vamos a pasar el resto de nuestra vida vagando por aquí sin nada ni nadie más... Miedo, soledad, angustia, depresión, ¿qué habríais hecho vosotros?
Así que, cuando fui al cine, no iba muy esperanzado. Y me llevé una sorpresa. Una grata sorpresa.
Si algo destaca entre las películas de ciencia ficción modernas es ese "hiperrealismo" que pretenden conseguir, dándote explicaciones seudocientíficas que no entiendes a temas que realmente no quieres entender, y que encima, en general, no son verídicos. Pero en esta película las cosas no son así. Los protagonistas no son sino pasajeros atrapados, y saben lo que saben como gente de a pie, o lo que han conseguido aprender en su estancia en la nave. Si algo no funciona o no le encuentran solución, se fastidian. Si algo les preocupa, sienten miedo y desesperación.
Así está la cosa. Nos hemos quedado atrapados en esta inmensa nave, probablemente porque haya habido un fallo grave y peligroso que no podemos arreglar, y vamos a pasar el resto de nuestra vida vagando por aquí sin nada ni nadie más... Miedo, soledad, angustia, depresión, ¿qué habríais hecho vosotros?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sea más o menos ético, en una situación de semejante desesperación, tan cercana al suicidio, todos habríamos actuado de esa manera. Y, a fin de cuentas, ¿qué más daba? De no haber sido por la limitada inteligencia de nuestro carismático barman, probablemente habrían sido felices por los restos de no haber sabido la verdad (o hasta que la nave se estrellase, quién sabe).
La ignorancia, al final, era lo que los mantenía con vida, y no sólo la ignorancia de saber que todo había surgido por una decisión algo cruel del protagonista, sino la ignorancia de saber que la nave si iba a pique, o la de descubrir que al menos uno podía volver a hibernar y salvar su vida.
Tal y como menciona el protagonista en un escena, eran dos personas que no se habrían conocido de ninguna otra forma, dos personas que buscaban alejarse de su mundo, olvidar toda vida pasada y empezar una nueva... ¿Acaso no era lo que habían conseguido?
Y aunque lo parezca, y muchos lo critiquen, la trama no es estrictamente romántica. Cuando descubren que la nave está a punto de destruirse y tienen que hacer algo, cuando comienza la acción, cada cuál se mueve según unos intereses. Mientras que Chris Pratt es consciente de que hizo mal e intenta redimirse dando su vida por salvar la nave, Jennifer Lawrence se da cuenta de que no sería capaz de vivir sola el resto de su vida; pero también es consciente de que, de lo contrario, ninguno de los dos sobrevivirá.
¿Amor, o miedo a la soledad? Por la escena, se podría decir que es amor, que ella no quiere que él de su vida porque lo ama; pero imaginemos la situación: si él se sacrifica, ella tendrá que vivir cerca de noventa años sola. Personalmente, incluso si fuera la persona que peor me cae del mundo, preferiría que se quedara a tener que vivir solo. Y en la escena final, esta situación se intensifica. Cuando el protagonista descubre que puede hibernar a uno de los dos, hay un momento de duda, un breve tensión en la que realmente tiene que decidir si lo que siente es amor, o simplemente necesidad. Es entonces cuando repasamos la vida de la protagonista, el motivo que le lleva a alejarse de su mundo, de su familia y amigos, y emprenderse en un viaje con el único objetivo de encontrar la felicidad.
Es entonces, y sólo entonces, cuando podemos decir que es una historia de amor y no de necesidad. Porque, al final, qué más da alcanzar la cima de la montaña, si por el camino encontramos un claro en el que somos felices.
La ignorancia, al final, era lo que los mantenía con vida, y no sólo la ignorancia de saber que todo había surgido por una decisión algo cruel del protagonista, sino la ignorancia de saber que la nave si iba a pique, o la de descubrir que al menos uno podía volver a hibernar y salvar su vida.
Tal y como menciona el protagonista en un escena, eran dos personas que no se habrían conocido de ninguna otra forma, dos personas que buscaban alejarse de su mundo, olvidar toda vida pasada y empezar una nueva... ¿Acaso no era lo que habían conseguido?
Y aunque lo parezca, y muchos lo critiquen, la trama no es estrictamente romántica. Cuando descubren que la nave está a punto de destruirse y tienen que hacer algo, cuando comienza la acción, cada cuál se mueve según unos intereses. Mientras que Chris Pratt es consciente de que hizo mal e intenta redimirse dando su vida por salvar la nave, Jennifer Lawrence se da cuenta de que no sería capaz de vivir sola el resto de su vida; pero también es consciente de que, de lo contrario, ninguno de los dos sobrevivirá.
¿Amor, o miedo a la soledad? Por la escena, se podría decir que es amor, que ella no quiere que él de su vida porque lo ama; pero imaginemos la situación: si él se sacrifica, ella tendrá que vivir cerca de noventa años sola. Personalmente, incluso si fuera la persona que peor me cae del mundo, preferiría que se quedara a tener que vivir solo. Y en la escena final, esta situación se intensifica. Cuando el protagonista descubre que puede hibernar a uno de los dos, hay un momento de duda, un breve tensión en la que realmente tiene que decidir si lo que siente es amor, o simplemente necesidad. Es entonces cuando repasamos la vida de la protagonista, el motivo que le lleva a alejarse de su mundo, de su familia y amigos, y emprenderse en un viaje con el único objetivo de encontrar la felicidad.
Es entonces, y sólo entonces, cuando podemos decir que es una historia de amor y no de necesidad. Porque, al final, qué más da alcanzar la cima de la montaña, si por el camino encontramos un claro en el que somos felices.