Moviéndose por aguas ambiguas y concretando poco y nada de lo que promete, 'La Familia' (2013) llega con un reparto y una estética atractiva pero que deja un singular sinsabor a la hora de levantarse del asiento después de más de una hora cuarenta minutos de película.

Luc Besson desde hace rato viene sacando cuentas alegres con filmes que parece que les bastara explotar acción a breves chispazos para lucrar en la taquilla. Logra lo necesario con el estilo y eso es innegable, pero lamentablemente se farrea a personajes que dan más no por interpretación, ya que en esta pasada hay actores tremendos y excelsos, pero por guión están amarrados a un libreto mesquino y poco prendido tomando en cuenta sus capacidades. Sin embargo, a diferencia de otras cintas que pretenden prácticamente lo mismo, en esta parecía que la mesa no sólo estaba servida para mayor uso de humor negro sino que eso podría concretarse con notables resultados. Lastimosamente nos quedamos con las ganas.

Pfeiffer y De Niro, con las inclusiones de Lee Jones le dan jerarquía a un film que a la larga no lo merece, situandose casi como el único atractivo de verlos en escena, muy poco para una película que debía entregar mucho más. Mención para la exquisa Dianna Agron ('Glee') que estando más cerca de los 30 no tiene problemas para seducir como sensual adolescente. El manejo de los antagonismos es otra de las deudas de esta 'Malavita'.

Lo peor de 'The Family' es su ambigüedad. Se mueve entre lo lúdico, lo oscuro, lo violento pero no pone énfasis o ahonda en ninguna. Su falta de definición le juega en contra a cada momento y descoloca constantemente al espectador. Se trata de una falta de prolijidad demasiado importante y determinante para una película de este tipo, sólo queda como lógica concluir que se hizo apurada o 'a la rápida', de lo contrario es imposible que nadie notara lo extraviada que está en su dirección y objetivos.

En resumen, muy al debe con demasiada insinuación y casi nulo resultado. En números azules los actores.

Recomendación:
Débil. Salvo por el elenco -a quien se farrean- es un sucedáneo extraño sobre la mafia.