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España España · Barcelona
Voto de Jordiantich:
9
Drama Martin Frost es un exitoso novelista americano que acaba de publicar su última obra. Martin decide descansar mentalmente en una pequeña casa de campo a las afuera de Nueva York. Al amanecer del primer día, descubre asombrado que una misteriosa y deslumbrante mujer yace en la cama a su lado. Fascinando por su belleza, Martin cae hechizado. Ha encontrado su musa que le ayude a escribir su obra perfecta? (FILMAFFINITY)
10 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando redacto esta crítica "La vida interior de Martin Frost" tiene un "4.7" de calificación en Filmaffinity. Algo muy significativo de los tiempos en que vivimos, en los que el cine de autor no existe; o en los que algunos/as quieren hacernos creer que consiste en una película Azerbayana hecha por una realizadora en la que se cuenta como una niña de siete años recorre diecinueve kilómetros cada día para llevarle una tortuga a su bisabuela, a fin de que esta le haga una foto con una Polaroid. No, el cine de autor no es esto. O no lo era cuando aun existía.

El cine de autor podía ser algo parecido a lo que hizo Paul Auster en "Lulu on the Bridge" o en "La vida privada de Martin Frost": escribir un buen guion y rodarlo con cariño y dedicación, incluyendo referencias literarias, filosóficas, artísticas... En definitiva, acercarse con humildad a eso que se llama "alta cultura", y ante la presencia de la cual los suscriptores de Netflix suelen mirar compulsivamente su móvil para evitar siquiera unos segundos de aburrimiento... o de reflexión, que para ellos viene a ser lo mismo. "El aburrimiento puede ser profundo y misterioso", como dijo Erik Satié.

"La vida privada de Martin Frost" tiene referencias directas a George Berkeley, un filósofo que acuñó un principio metafísico, el del antimaterialismo, que aun no ha podido ser rebatido por ninguna mente humana ni divina: "Esse est percipi aut percipere", "Ser es percibir o ser percibido". Un principio que llevó de cabeza a Jorge Luis Borges y que se anticipó dos siglos a la mecánica cuántica, como bien saben los físicos de hoy en día.

Pero claro, Auster no nos lo cuenta con un intrincado relato repleto de mundos parelelos e hípsters que filosofan ante sus IPhones de última generación. Lo hace a partir de una historia de amor que, para más desfachatez y a mayor deshonra del pesimismo pseudointelentual que nos invade... ¡Acaba con un
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jordiantich
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