Ocurre algunas veces que, tras terminar de ver una película (no del todo genérica), uno se hace la típica pregunta "¿qué acabo de ver?". Esta cuestión es interesante, porque suele incluir margen para la incomprensión del material visualizado, de las intenciones de sus realizadores o de la arbitrariedad del contenido. Sin embargo, termino 'The Outwaters' y la pregunta que me asalta es más bien "¿qué acabo de no-ver?". En el negativo de la pregunta original, pues, se esconden las claves de este metraje encontrado desértico, cósmico, momentáneamente alegórico y finalmente irrisorio.

Un primer problema lo presentan los personajes, cuya existencia incluso cabría poner en duda al margen de lo que pasa en la película. Hay conflictos que rondan sus cabezas pero de una manera volátil y perezosa. Apenas hay interacción entre ellos y cuando empiezan a pasar cosas ya no sabes quién está gritando, de quién es esa sangre, quién ha muerto, quién sigue vivo, etc...de modo que entiendo que la película es, en sí misma, una experiencia para que el espectador sienta que lo que está viendo le está pasando a él. Muy bien.
Visto así, entiendo que a los más aprensivos les provoque alguna reacción, ya que el sirope de fresa, el cuidado montaje y la excelente edición de sonido se encargan de hacer incómodas muchas situaciones.

Sin embargo, el segundo problema es que la continuidad de la historia se agarrota a base de las propias preguntas que plantea. Mantener en vilo al espectador responde a la falta de respuestas, pero una vez que éste capta la arbitrariedad de lo que acontece se aniquila cualquier tensión posible. A partir de este punto, el abandono del interés (si en algún momento lo hubo) es máximo. Y que nadie ose poner a David Lynch como ejemplo para defender 'The Outwaters', porque su conciencia le pasará factura.

Quitando el interés, te queda el frustrante ejercicio de azarosa violencia 'cósmica', donde ejercitarás más los oídos que los ojos, que te exigirán escudriñar hasta el más ínfimo detalle para sentir que no pierdes el tiempo con la típica llamada accidental de un amigo al que se le olvida colgar el teléfono durante una fiesta. En spoilers me pongo algo más personal.