Sin la guerra fría, al cine se le acabó un grandísimo filón en el género del espionaje. Pero entre la caída del muro de Berlín y la de las torres gemelas (otro hito de la geopolítica), hay algunas buenas películas como esta en la que saben montar una buena historia con ese panorama. Trata del desarme ruso, el tráfico nuclear (que da más miedo que cualquier otra cosa) y el desastre que fue la guerra de los Balcanes.
En este marco, la película ofrece intriga, tensión, y acción, muy bien contadas por Mimi Leder y muy bien ambientadas musicalmente por el gran maestro Hans Zimmer.
El cóctel se completa con la presencia de dos grandes estrellas de Hollywood, cuyos personajes unen fuerzas para salvar a los Estados Unidos (siempre les da igual a los guionistas que sea ese país o el mundo entero) en una carrera contrarreloj.
Las secuencias de acción están muy bien, especialmente la del camión, que es espectacular. Clooney es un muy creíble héroe de acción, aunque sea un actor que, realmente, no ha hecho mucho cine de este género aunque parezca mentira.
Kidman actúa bastante peor, pero bueno, no deja de ser una estrella comercial en una película comercial.
Es un thriller trepidante muy trepidante, con un tramo final que consigue ponerme de los nervios. Si logra eso, algo bueno tiene que tener.