Al igual que hay asesinos en serie imitadores de otros, hay películas de asesinos en serie imitadoras de otras. Esta es una de las muchas hijas que tuvo “Seven”, la cual a su vez nació por el éxito de la legendaria “El silencio de los corderos”.
Ambientes oscuros y sórdidos, asesinatos muy retorcidos, una ambientación en la que casi siempre es de noche y una pareja carismática de policías. Esos son los puntos en común con la que es una de las mejores películas que ha hecho Brad Pitt.
La particularidad que ofrecen aquí es la situación del protagonista, completamente paralítico y prisionero de un cuerpo del que solo puede mover la cabeza. Denzel Washington, aun así, es capaz de hacer una gran interpretación dando vida a este inteligentísimo detective, que con la tecnología que tiene a su disposición es capaz de avanzar en la investigación a pesar de su inmovilidad. Para el trabajo de campo cuenta con la joven Angelina Jolie, a la que hace pasar más de un mal rato.
Es curioso ver todos los artilugios activados por voz de los que dispone y que seguramente existirán en el mundo real para el que pueda costeárselos.
El film sigue todos los clichés del género. No se puede decir que sea pionera o que tenga un mínimo de originalidad. Sin embargo, tiene el suficiente enganche para dejar un buen sabor de boca a pesar de no inventar nada. Creo que, sobre todo, su mejor baza es su pareja protagonista y la relación laboral entre ellos, más que los propios asesinatos. Y es que Denzel (más que Angelina) suele ser garantía de calidad, salvo escasas excepciones.
Creo que es muy recomendable a pesar de deberle su existencia a la de los siete pecados capitales.