Pues lo primero que he hecho tras terminar de verla es buscar en la “wikipedia” lo que significa el título, ya que en el diccionario de la Real Academia no viene. Pensaba que se habían inventado esa palabra, pero no. Eso sí, nada que ver con el título original, como pasa de vez en cuando.
Nos vamos al estado de Texas, lugar de grandes espacios abiertos, pueblos pequeños, sombreros vaqueros y armas en casi todos los bolsillos.
Con decadentes canciones “country” de fondo, seguimos a dos hermanos atracadores y a un viejo “ranger” cascarrabias que va en pos de ellos.
Respecto a los actores, Chris Pine simplemente está. Ben Foster sigue en el único papel que parece hacer siempre. Está encasillado, supongo que por su cara de chulo, en hacer casi siempre el mismo personaje. Es alguien del que uno no querría ser amigo, un delincuente que no quiere dejar de serlo y que anda metiéndose en líos y complicándole la vida a su hermano. No recuerdo ahora mismo ninguna película en la que Foster no haga de malo, de drogadicto o de ladrón o de borracho o de una combinación de varios de esos. Ah, sí, “X-men 3”, pero ahí salía poco.
Pero aquí el que parte la pana es Jeff Bridges. Su personaje es el típico viejo harto de todo, que pasa de lo que le digan y que cada vez que habla sube el pan. El curtido intérprete hace una buena interpretación, la verdad. Lo malo es que su actor de doblaje sobreactúa en esta ocasión con demasiada teatralidad, restándole mérito al resultado final en pantalla.
Otras buenas cartas con las que juega la película son la fotografía (muy buena sobre todo en las partes de carretera siguiendo a los coches) y algunos diálogos geniales.
Ejemplos de perlas:
“- ¿Eran blancos o negros? - ¿De piel o de alma?”.
“- ¿No eres cristiano? – Sí, pero no soy idiota.”
Quitando eso, y a pesar de estas virtudes, al final la película no me ha gustado.
En el primer tramo parece que va a estar bien, pero a mitad del metraje tiene un estancamiento argumental que no es santo de mi devoción. Me importan bien poco los problemas familiares de Chris Pine y el otro.
Los personajes son todos demasiado patéticos y me ha resultado imposible ni identificarme con ninguno de ellos ni que me caigan ni bien ni mal.
Realmente no llega a pasar tampoco gran cosa. Es muy simple esta historia de policías y ladrones que se centra más en el drama que otra cosa.
Considero que muchas escenas y momentos no sirven para nada más que para rellenar tiempo, como por ejemplo la conversación que tiene con la camarera en el bar a la que le termina dando buena propina, o esas charlas de los “rangers” en el motel, o lo de la camarera vieja y fea que no dice más que tonterías.
La trama no avanza mucho y al final me he dado cuenta de que la película realmente no tiene mucho que ofrecer, llegando a aburrirme a pesar de la secuencia final, que no está mal. Y es que hasta los diálogos ingeniosos bajan mucho el nivel en la segunda mitad y todo se vuelve bastante tedioso.
¿Por qué tiene que ser tan irregular? Si la segunda mitad hubiera estado como los primeros 40 minutos, la habría salvado de la quema con total seguridad.
Por cierto: ¡Qué envidia ver como liquidan la hipoteca a tocateja! ¡Quién pudiera!