Vemos aquí de manera clarísima el ADN Cronenberg, que su hijo ha heredado en la forma y fondo de sus historias.
Es una película de ciencia ficción minimalista, casi sin efectos especiales, con pocos personajes y una idea de partida con la que también se podría haber hecho un film mucho más comercial en plan Christopher Nolan.
Hasta aparece Jennifer Jason Leigh, que ya participó en “Existenz”.
Ciertamente, el film tiene buena estética y un estilo artístico de autor independiente, que es algo que les gusta a muchos cinéfilos.
Pero creo que también tiene un ritmo extraordinariamente lento y la continua sensación de que la premisa argumental podría haberse explotado muchísimo más para un resultado, como mínimo, más ameno.
Creo que es una propuesta pensada puramente para los seguidores del cine independiente, o fans del Cronenberg más personal, antes que para el que quiera ver ciencia ficción al uso.
Por mi parte, no se trata tan solo del particular estilo narrativo o la escasez de efectos especiales y acción. Simplemente, me parece una película aburridísima y no se hable más. Pero bueno, una vez más estoy predicando en el desierto, vistas las buenas notas que tiene. En fin, no es la primera vez ni será la última que me pase esto.