La carta que jugaron aquí para dar otra entrega de la saga, fue utilizar el espectacular y moderno avión supersónico “Concorde”, toda una joya de la aviación en su momento.
Por cierto, por lo que recuerdo de los lejanos tiempos del videoclub, la vi con el título de “Aeropuerto 80”, supongo que por ser un caso parecido al de “Drácula 2001” por el retraso en llegar a España.
El film acusa un poco el desgaste de ideas de la franquicia. La trama tarda en arrancar, con toques de espionaje antes del despegue que justifican lo que pasa pero no son nada del otro mundo.
Aquí el reparto se vuelve internacional y lo encabeza Alain Delon. Pero a pesar de las caras conocidas, no hay ninguna gran actuación. Como siempre, sale George Kennedy, esta vez con bastante más protagonismo que en las anteriores, quizás como si fuera una despedida. Su voz de doblaje es la del inolvidable Pepe Mediavilla.
El argumento está cogido con pinzas, con unos malvados tratando de derribar el avión por varios medios una y otra vez.
¿Otro trasplante? ¿Otro personaje tocando música? Mucha repetición veo yo aquí.
Aunque considero que es pasable por la mínima, quizás por formar parte de la nostalgia de los tiempos del VHS, sin duda es la más floja de todas, con unos efectos especiales regulares.
Para terminar, se podrían unir todas las ancianas que han salido en la saga y formar una reunión de alcohólicos anónimos. ¡Siempre están bebiendo!
En una palabra: Mediocre.