M. Night Shyamalan se lleva, y literalmente, a un grupo de turistas a una playa paradisíaca.
Pronto empiezan a pasar cosas muy extrañas en este thriller de misterio al puro estilo habitual del director, que sabe atrapar al espectador como pocos.
Veo una metedura de pata tanto en la promoción como en el propio título. Creo que si nos acercáramos a ella sin ver el tráiler ni conocer nada, sería incluso mucho más absorbente de lo que es.
Esta vez, en lo que es la mera narrativa, noto que el director ha sabido imprimir un mucho mejor ritmo, sin diálogos lentos ni escenas con tiempos muertos. Quizás sea precisamente porque no se trata de un guion cien por cien original esta vez.
El reparto, la ambientación (una pesadilla en el paraíso) y los acontecimientos que van sucediendo casi sin descanso, conforman un film francamente entretenido.
Creo también apreciar ciertas segundas lecturas sobre el aprovechamiento del tiempo y lo corta que se hace la vida, pero tampoco es un film trascendente o demasiado profundo en ese sentido, y básicamente se limita a entretener con su suspense de personajes atrapados. Por supuesto, que no falte la peor cara del ser humano cuando se ve sometido a mucha presión y a una situación incontrolable.
Se trata de una película sin duda interesante. No la veo ni de las mejores ni de las peores de Shyamalan, pero está entre las buenas si te gusta su estilo y su forma de contar historias.
Es un buen motivo para volver al cine en el verano de 2021, entre otras cosas para que tampoco te la cuenten o descubras sus detalles por internet. Mientras menos se sepa, mucho mejor.