Está muy bien que el cine español se atreva a contar relatos valientes como este, para que no se nos olividen nuestros episodios históricos más delicados y escabrosos.
Lo hace además contando los hechos reales de un infiltrado en la infame organización terrorista.
De todas formas, la película, aunque roza un poco la polémica política y patriotica, en el fondo se limita a ser un interesante thriller policíaco.
Impresiona comprobar todo el poder que llegó a tener ETA en la sociedad vasca en aquellos años, usando el miedo tanto como sus armas.
El reparto incluye muchas caras conocidas, con un Eduardo Noriega a la cabeza en su época más prolífica y de más éxito. También está el omnipresente José Coronado, en un papel de jefe serio y borde que le pega bastante bien.
La trama ya se ha visto en muchas películas americanas similares de mafia, pero eso no quita que esté bastante bien, aunque sea un esquema que suena mucho.
La tensión va de menos a más, hasta llegar a un punto en el que el protagonista lo pasa bastante mal. Desde luego, no tenía un trabajo demasiado envidiable y donde la conciliación familiar brillaba por su ausencia.
En resumen, es una intriga muy recomendable, en el contexto de un momento muy triste de nuestra Historia más reciente.