Interesante historia enmarcada en el siglo XIV, donde un cura sufre una crisis de fe por lo que se venía a llamar por entonces la tentación de la carne.
Paul Bettany hace aquí uno de los mejores papeles que le he visto en su carrera, aunque sea mucho más reconocido por hacer de secundario en películas bastante más famosas que esta. El actor refleja muy bien el conflicto interior del personaje protagonista y tiene un momento de genialidad interpretativa cerca del final.
Pero no va solo de eso, y ofrece también una trama con una compañía de teatro ambulante y un misterio sin resolver.
Toda esta mezcla, en el contexto de la Europa medieval, me resulta muy atractiva e interesante.
Está claro que no hay batallas como en “Braveheart”, ni grandes aventuras. De hecho, ni siquiera tiene un gran presupuesto, pero el argumento (salvando las distancias muchísimo, algo así como un “Nombre de la rosa” venido a menos) y el reparto ya bastan para que sea buena.
Con todo, reconozco que la segunda mitad es un tanto lenta.
A título anecdótico, podemos ver aquí a un jovencísimo Tom Hardy cuando no le conocían ni en su casa. El nuevo “Mad Max” llega incluso a vestirse de mujer, lo cual es curioso cuanto menos.
Y juraría que la joven villana (pueblerina, que no malvada) que provoca el lío mental del protagonista es una que salía en “Al salir de clase”. Confirmado en “imdb”: es Marián Aguilera
Además, podemos ver juntos en el mismo film a tres de los actores más feos del panorama internacional: Willem Dafoe, Vincent Cassel y Ewen Bremner. Si tuviéramos también a Ron Perlman y Rossy de Palma, esto ya sería un festival de actores poco agraciados.