Creo que es una de las mejores películas de la Segunda Guerra Mundial (previas a la revolución del soldado Ryan, por supuesto) que he tenido ocasión de ver.
Por una parte, cuenta con un director y reparto prestigiosos. Está muy bien contada, y llena de grandes actores de su momento, incluyendo a un joven Anthony Hopkins cuando nadie le conocía todavía.
Por otro lado, es una enciclopedia de la situación del gran conflicto en Europa en 1944, reflejando muy bien el contexto geopolítico tanto en el ámbito militar como en el civil. También nos cuenta mucho sobre la estrategia aliada en una etapa en la que era fácil pecar de exceso de confianza, cuando realmente todavía no estaban cerca de tomar Berlín.
Como casi todas las películas bélicas, es bastante larga. Tarda mucho en llevarnos al frente, pero creo que la narración de la operación “Market garden” y las divisiones aerotransportadas, se merecen todas las explicaciones y el tiempo que hagan falta.
No tiene un protagonista total y es muy coral, como debe ser en una guerra. Al mismo tiempo, todos tienen sus momentos de gloria. Me hubiera gustado que Sean Connery hubiera salido un poquito más.
La recreación del despliegue militar es muy buena. Impresiona ver a todos esos paracaidistas cayendo desde el cielo, en unas imágenes que bien podrían haber sido filmadas en esos años 40.
El directo de “Gandhi” se da un buen trabajo aquí con el diseño de producción, y no olvidemos que los medios técnicos de 1977 no son los de hoy en día. Esto le da todavía más mérito.
Aunque no tenga la espectacularidad y crudeza del cine de guerra del siglo XXI, creo que podemos decir sin miedo que es un auténtico peliculón.
Tan solo creo que flaquea en un epílogo largo que cansa un poco después de más de dos horas y media.