Las dos o tres primeras temporadas son oro puro y consiguen un equilibrio entre comedia, policiaco procedimental y desarrollo sentimental de los personajes, absolutamente perfecto.

Decir que Tony Shaloub está soberbio o Bitty Schram, maravillosa, es tan obvio que casi no merece la pena mencionarlo.

Pero todo lo bueno tiene que acabar o en este caso, todo lo excelente convertirse en mediocre y genérico. Y a partir de la tercera/cuarta temporada la serie fue perdiendo calidad.

El mejor ejemplo es el cambio de ayudante del detective: pasamos de una choni casi tan graciosa como el personaje central, con un look sexy-hortera y un humor ácido muy marcado, a una chica-mona-simpática-genérica sin más.

Así, ver (o volver a ver) los capítulos con Sharona me hacen disfrutar y desear ponerle un diez a la serie, pero la mayoría de las temporadas restantes (con Natalie) me producen una sensación similar a cuando ves a tu ídolo de adolescencia llevar un pañuelo pirata para taparse la calva.