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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
4
Aventuras. Romance Dos niños, Emmeline y Richard, y el cocinero de un barco, únicos supervivientes de un naufragio, son arrastrados por el mar hasta una isla desierta. Poco después, el cocinero muere y los niños tienen que arreglárselas solos. Con el paso del tiempo, Emmeline (Brooke Shields) y Richard (Christopher Atkins) crecen y sus cuerpos empiezan a experimentar los cambios propios de la adolescencia, lo que despierta en ellos una curiosidad que les ... [+]
13 de septiembre de 2013
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El lago azul lleva a la gran pantalla la novela homónima de Henry de Vere Stacpoole y lo hace para convertirse en una de las películas más controvertidas de su generación. Un producto extraño y de extraña digestión.

Randal Kleiser dirige la adaptación y lo hace con un enfoque que se mueve entre las pequeñas imágenes a modo de documental y un muy particular acercamiento ligero (voluntario o no) al neorralismo. Kleiser se queda prácticamente ahí, sin ofrecer nada más que una sucesión de fotogramas de extrema belleza que esconden un inexistente guion basado en un chico y una chica que ven crecer sus cuerpos y despertar sus deseos sin entender nada de lo que sucede ya que su mente no es educada en el bello arte de madurar. Así pues, con dos personajes moviéndose por la isla, asistimos a un repetitivo acto que se pliega sobre sí mismo una y otra vez, con la diferencia de que los protagonistas tienen diferentes inquietudes. Sin embargo, esas inquietudes ni se exploran ni se explotan, con lo cual quedan en unos superficiales tintes y no en el intenso coloreado que exigía este tipo de película.

Brooke Shields y Christopher Atkins están solos en pantalla. La crítica se cebó con la actriz y ensalzó al actor. A mí, personalmente, me parecen igual de pobres los trabajos de ambos. Ni uno ni otro transmiten nada ni consiguen aportar la profundidad que pide a gritos la película debido a la nula capacidad del director para hacer pensar al espectador. Los cuerpos desnudos de uno y otro se baten en infantiles batallas (siguen siendo niños, aunque hayan crecido) mientras sus rostros acartonados descartan la inocencia inherente a todo crío. Diría que Elva Josephson y Glenn Kohan, que interpretan a los mismos personajes pero cuando son niños, están por encima de la pareja protagonista. Y por bastante, además. Por último, tenemos a Leo McKern, que se convierte sin duda en lo mejor de la película.

Resumiendo, que es gerundio: se ha hablado de una profunda introspección humana en El lago azul. Yo no la veo. Lo que veo es a dos pájaros semidesnudos durante toda la película y a un director incapaz de convertir El lago azul en esa profunda introspección que debía ser por los cimientos con los que contaba. Al final, una cinta controvertida convertida en clásico que no hace gala de ningún fundamento cinematográfico. Pero salen cangrejos, y eso mola.
Grijander
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