Tercer "remake" (porque esto no son secuelas, son la misma película cambiando a los adolescentes agilipollados) de Viernes 13 y tercera cagada (la segunda se salva). El presunto capítulo final no es sino una tontuna de dimensiones épicas.

Joseph Zito (autor de la mítica 'Desaparecido en combate' protagonizada por Dios (AKA Chcuk Norris) es en esta ocasión el encargado de insultar al personal. Si algo salvaba a las anteriores, era sin duda la gran capacidad de sus directores para rodar las muertes, convirtiéndolas en un claro ejemplo de la buena serie B. Sin embargo, aquí ni eso. Por primera vez hay casi más muertes fuera de pantalla que dentro, y mientras lo veía pensaba que era necesario (incluso lo agradecía), hasta que me di cuenta de que era como quitarle los pétalos a un jardín de rosas y disfrutar durante todo el año únicamente de los capullos. El guión sigue siendo el de siempre: jóvenes incautos desoyen las historias sobre Cristal Lake y van ahí porque Torrevieja les queda lejos. A partir de ahí, a caer como moscas. Nada más.

Por lo que a mí respecta, el verdadero protagonista de esta película es Corey Feldman. Nunca ha sido el chico un actor que me vuelva loco (para bien), pero aquí es el mejor, sin duda, y mi opinión de que sea el protagonista me vino a la mente en el último tramo de metraje. Del resto, mejor hablar poco. No se salva ni uno. Lo de Judie Aronson y Kimberly Beck es de escándalo, de verdad. E. Erich Anderson está un pelín por encima, pero sigue mereciendo morir lenta y dolorosamente.

Resumiendo, que es gerundio: soy un amante incondicional de la serie B, pero aun con eso, tengo mis límites. Me gusta el surrealismo, pero no cuando lo es sin buscarlo. Me encanta el terror ochentero (tanto el terror puro, como el slasher o el terror-humor), pero las repeticiones acaban por saciarme. Sobretodo cuando en directo un tío mete un penalty y en la repetición lo falla. Con todo lo malo, dos puntitos porque el final tiene su cosilla.