Una producción francesa que entra dentro del rango de esas rarezas que a veces se realizan en el país vecino. Adiós, Idiotas se encuadra en el grupo de cintas donde varios géneros cinematográficos se dan la mano, teniendo la capacidad de aunarlos con buen acierto en buena parte del metraje. Así,cuando nos enfrentamos a ella no sabemos identificar bien si es comedia o drama, e incluso por momentos hay partes de acción... que se desarrollan bajo un ambiente de realismo mágico singular.

Más allá de todos estos géneros que se entremezclan con acierto y desacierto a lo largo de esta película, el directo y actor Albert Dupontel vuelve a ponerse tras y delante de las cámaras tras la exitosa Nos Vemos Allá Arriba intentado repetir la misma fórmula del éxito pero se queda un poco por debajo de su anterior obra. Para esta aventura diferente cuenta con Virginie Efira (Benedetta) como co-protagonista, que responde al reto con un personaje comprometido y sincero, y con un secundario la mar de singular y alocado como es el personaje invidente del veterano Nicolas Marié (Micmacs).

Con el trío protagonista cubierto, la película es una mezcolanza de gags cómicos que a veces son absurdos junto con un tono dramático que de vez en cuando parece que saca al espectador de la cinta. A pesar de estos desniveles (necesarios para seguir el guión, nos enfrentamos a una película singular que no todo el mundo apreciará, pero que si es capaz de ir más allá de eso que se ve puede apreciar los valores de una producción con mérito y con una historia más que interesante de redención y perdón, de soledad y unión y con una curiosísima factura técnica donde destaca sobre todo su bella fotografía.