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Voto de Huckleberry:
8
Drama Nueva York, 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac) es un joven cantante de folk que vive de mala manera en el Greenwich Village. Durante un gélido invierno, con su guitarra a cuestas, sin casa fija y sin apenas dinero lucha por ganarse la vida como músico. Sobrevive cantando en pequeños garitos, pero, sobre todo, gracias a la ayuda de algunos amigos que le prestan su sofá para pasar las frías noches. De repente, decide viajar a Chicago para ... [+]
17 de diciembre de 2013
71 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo evitar rememorar O'Brother, Where Art Thou cuando afronto la temática de esta Inside Llewyn Davis. Pese a que las dos películas son completamente diferentes entre sí, su punto de partida y desarrollo tienen una parte en común: el tortuoso camino de unos personajes terminales, encerrados en una vida de puro lastre, remando sin rumbo hasta poder llegar a casa. Esta es la particular odisea del cantautor folk Llewyn Davis, un absoluto perdedor sin casa donde dormir ni trabajo del que ganar dinero, al que incluso sus mayores allegados les cuesta mostrar aprecio. Un Ulises en un mar de fracaso que se debate entre dar brazadas sin sentido o dejarse arrastrar al fondo del océano. Esta referencia se hará más notable en las patas de un gato que hará un perfecto símil con el personaje protagonista.

Podríamos diferenciar al film en dos partes, aproximadamente partidas por la mitad: el punto de partida, de vis más cómica y de agudos diálogos marca de la casa, está repleto de patosas situaciones que ponen en contexto la historia de Llewyn Davis, un cantautor folkie de más pena que gloria. Gracias a un excelente reparto (destacando cierto gato llamado Ulises cuyas apariciones siempre le colocan en el centro de atención), liderado de forma sobresaliente por Oscar Isaac en el papel que cambiará su vida como actor, Inside Llewyn Davis funciona con agilidad, adentránosos en su particular atmósfera provocada por una fotografía oscura y melancólica, sin duda alguna la virtud que más destaca en el film.

De cara a la recta final, el nuevo largometraje de los hermanos Coen se orienta hacia el drama existencial y se torna más intimista: sobre todo, más triste. Es ahí donde podemos encontrar los tics más reconocibles de los hermanos, temas de los que llevan tocando en una ya larga filmografía.

Si bien no es de difícil visionado, no es un plato fácil para el público medio: Inside Llewyn Davis es una película de ritmo tranquilo, de formas reservadas, y sobre todo, muy propia de los hermanos Coen. Su particular humor oscuro se hace muy patente en el desarrollo de la historia, mezclando diálogos de corte muy humorístico con conversaciones realmente hirientes para los personajes de la obra, si bien hay que resaltar de que se trata de un largometraje más emotivo de lo que estamos acostumbrados a ver en la carrera de los Coen.

Quizá la sensación de que el film deje al acabar su visionado con sensaciones similares a las de su inicio pueda ser un inconveniente para determinado público, pero no hay que olvidar los condicionantes que Ethan y Joel Coen dan a su obra: son cineastas de lo cotidiano, capaces de absorber un momento dándole su particular visión, más cercana al esperpento que al reflejo exacto de la historia. Es su cine, son sus normas, y bajo esta premisa Inside Llewyn Davis se muestra como una cinta de indudable calidad.

No podría acabar sin resaltar su preciosa banda sonora, canción con Marcus Mumford inclusive, llena de temas muy notables que, vaya por donde, también me retraen a O´Brother.
Huckleberry
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