Es la mejor sitcom que he visto en mi vida. Después de haber visto sus 11 temporadas, la sitúo por delante de Seinfeld, ya que no baja el listón en ninguna temporada, y me atrevería a decir que tampoco he visto un mal capítulo de Frasier, todos y cada uno de ellos tiene algo especial, algún momento en el que se puede soltar una carcajada y momentos interesantes. Hablando de los personajes, debo empezar por el que da nombre a la serie, un snob y estirado psiquiatra licenciado por Harvard y Oxford, amante de la ópera y del Jerez, con un gran sentido de la ética, irascible pero a la vez, con una gran bondad. Me hubiera gustado verle más veces como ganador y no fracasando en todas sus relaciones. Adoro su forma de fingir ante situaciones que salen mal, para que no lo descubran, para mi de lo mejor de la serie.
Niles, maniático psiquiatra, obsesionado con la higiene, aterrorizado por los bichos y por la notoriedad de su hermano. Me encanta que haya cumplido su sueño de estar con Daphne.
Martin Crane, ex-policía con bastón, gruñón, testarudo, pero con don de gentes, simpático, y americano a la antigua usanza, desmuestra en ocasiones saber más del comportamiento humano por experiencia que Frasier y Niles.
Daphne Moon, extraña fisioterapeuta, inglesa, con mal carácter de vez en cuando y con poderes de adivina, quizás sea el personaje que con el paso del tiempo menos me gusta de la serie, porque con el tiempo se vuelve mas tiquismiquis y quizás mas desagradable con Frasier, como más subida a la parra.
He de destacar también gags, quizás de tinte mas sencillo que ese humor inteligente que caracteriza a la serie, que funcionan a la perfección y aseguran unas buenas carcajadas por lo bien llevados que están, y que mejor que citar un ejemplo, cuando en una de las primeras temporadas, Frasier entra en el cuarto de Daphne y curiosea de paso. Al final del capítulo se ve a los tres Crane en el cuarto de Daphne e intentan disimular pasmados cuando ella los descubre, realmente hilarante.