Revisión de la investigación sobre el crimen de la presidente John Kennedy realizada por el fiscal del estado de Louisiana, Jim Garrison.

Una de las más sensacionales construcciones que ha dado la industria del cine, eso es lo que transmite JFK, una profunda inmersión en uno de los grandes enigmas de la historia, concentrando todas las conspiraciones en torno a Kennedy y las pesquisas de este obstinado fiscal y su grupo de ayudantes.

Oliver Stone se ha convertido por meritos propios en el principal cronista de la historia más reciente americana y mundial, aunque no todas sus obras son tan auténticas ni enredadas como JFK. Desgraciadamente su carrera está llena de altibajos y de proyectos imprecisos y poco convincentes.
Esta junto con Platoon es su obra más redonda, una gigantesca reconstrucción de uno de los sucesos más controvertidos y polémicos del siglo XX, con buen ritmo y con una impecable fotografía en la que los flashbacks en blanco y negro están muy logrados. Otro de sus puntos más fuertes es su guión, elaborado con sumo cuidado por el propio Stone y Zachary Sklar.

Para redondear tan ambiciosa empresa, se apuesta por un reparto plagado de rostros familiares y conocidos y que rebosa talento. Me convencen especialmente Gary Oldman, tan camaleónico como de costumbre y un estirado Tommy Lee Jones.

En un año 1991 plagado de grandes largometrajes, El Silencio de los Corderos fue la que arrasó en todos los sentidos, pero JFK mereció mucho más. Obra mayúscula en todos los sentidos.