Sandra Bullock tiene mucho, muchísimo que agradecer a esta película, sobretodo por el gran rendimiento comercial que obtuvo desde el momento en el que se estrenó, encaramándose a los primeros puestos de las taquillas de todo el mundo, a parte de las dos nominaciones a los Globos de Oro.

Sea como fuere se nos presenta una película de argumento siemple, e incluso, carente de interés, pero esto a los espectadores no nos importa ya que estamos viendo algo que nos entretiene, divierte y que provoca que nos riamos más de una vez, aunque algunos de los chistes sean fáciles.

Los defectos del film, como por ejemplo, el machismo y feminismo presentes o algún bajón en el pulso narrativo, son compensados por la labor de todo el elenco, una divertida Sandra Bullock (está en su salsa) un hilarante Michael Caine y unos comedidos y, sin embargo, imprescindibles Candice Bergen y William Shatner hacen que termines de ver la película con una sonrisa en el rostro y que, además, provoca que los espectadores volvamos a querer a Sandra Bullock.