En 1992 el western parecia cosa del pasado y se daba por hecho que era un género que ya no interesaba al público. Clint Eastwood sin embargo volvió a las convenciones y tópicos del western pero no para hacer lo que siempre se había hecho, sino para servirse de ellos. Por que sí, en 'Sin perdón' hay caballos y vaqueros, sheriffs y matones… pero al mismo tiempo, y sobre todo, 'Sin perdón' es una película sobre la imposibilidad de la redención, sobre cómo afecta a quien la sufre y sobre las cicatrices que deja en el alma quien practica la violencia.

Actor y director, Clint Eastwood delante y detrás de la cámaras, el héroe del spaghetti western en una película desmitificadora con ecos de sus viejos pistoleros porque el protagonista, este viejo asesino ya torpe y cansado, representaba el futuro que les podría haber tocado a cualquiera de ellos.

El guión de 'Sin perdón' pululó durante muchos años por los despachos de Hollywood, ya que el guionista David Webb Peoples tuvo que esperar a que otro de sus libretos ('Blade Runner') tuviera éxito para que alguien se fijara en esta historia del oeste. Eastwood, tan adelantado como siempre, compró los derechos a principios de los ochenta, por lo que tuvo que esperar bastante tiempo hasta que el personaje alcanzase la edad requerida.

En cuanto al reparto, Eastwood se rodeó de excelentes secundarios como su inserparable Morgan Freeman, el pistolero Richard Harris y un Gene Hackman impresionante en el papel de sheriff cruel e implacable. El filme visto por fuera también representa una oda a la naturaleza gracias sobre todo a unos paisajes que contribuyen a ver la película dentro de una atmósfera totalmente evocadora.

'Sin perdón' fue la gran triunfadora de los Oscar de 1993 dando en la diana en cuatro categorías, siendo las de mejor montaje, mejor actor de reparto (Gene Hackman) y las dos más importantes: Clint Eastwood como director y el de mejor película. Esto confirmaba aún más si cabe a Clint como heredero actual de grandes cineastas clásicos. Un director comedido capaz de transmitir emociones profundas sin aspavientos ni efectismos.

Los años han convertido a 'Sin perdón' en un clásico, un western crepuscular, una historia sobre el sufrimiento de morir y las dificultades de matar, que nos ha dejado también algunas de las grandes frases de la historia del cine.