No nos engañemos amigos, 'Iron Man 2' saciará por completo el hambre de todo espectador ávido de palomitas y cine-espectáculo. Esta secuela, etiquetada desde hace semanas como el taquillazo del año en potencia, prorroga la estela de entretenimiento que nos dejó su predecesora gracias a millones de fuegos de artificio, estruendosos choques de armaduras y un acertado sentido de humor para romper el hielo en casi todas sus escenas. Ésas son las verdaderas armas de nuestro hombre de hierro al que en estos dos años en el dique seco, no vemos ni un ápice de oxidación en su armadura y con sus articulaciones lubricadas desde su primera batalla. Señoras y señores... vuelve Tony Stark, vuelve Iron Man, vuelve la yanquilada por excelencia que tanto nos gusta.

A nadie se nos escapa qué tipo de blockbuster, y más siendo secuela, te vas a encontrar cuando adquieres la entrada: efectos especiales para dar y regalar, mucho ruido, tías buenas a las que invitaríamos a defecar en nuestra casa, un villano de medio pelo y un protagonista con el suficiente carisma y chispa para justificar los euros dejados en los multicines de turno.

De todos modos, he de confesar que Jon Favreau se recrea alguna que otra vez en conversaciones triviales e incluso podríamos decir que algo ridículas (la del Senado, la del despacho, la de la venta de armas, etc.). En este sentido, la acción se ve "comida" por el humor, ya que ésta apenas aparece de forma constante y lo hace de forma seria en cuatro o cinco escenas de la cinta. Eso sí, cuando los efectos aparecen y vemos volar y disparar a las armaduras es para enmarcar, ya que el espectáculo está totalmente servido, mejorando -obviamente- el trabajo técnico de la primera.

Una vez pisando terreno firme y conociendo a qué nos enfrentamos, toca hablar del reparto, sobre todo me centraré en los nuevos fichajes. Mickey Rourke, aquel al que veremos antes chupándose el codo que lavándose el pelo o los dientes, hace bien en aprovechar su tirón comercial gracias a los galardones del año pasado. De todos modos, un villano que causa más gracia que respeto y que no sea el Joker, no puede ser nada bueno. Scarlett Johansson es la típica mujer florero, no hace falta decir nada más, como diría el amigo alemán. Sam Rockwell ha tirado por la borda parte de su buena imagen y a Samuel L. Jackson se le recordará por su parche sacado del Magia Borrás.

Tras casi dos horas de fantasmadas y americanadas que eran de esperar, capitaneadas por el Tío Sam y el ombligo de los EE.UU., el resultado pasa con nota el examen. Sí, ya sé... pero es que pocos son ya los filmes que entretienen de pe a pa. Sí, ya sé que es un producto muy manido en cuanto a guión, estructura, desarrollo de personajes, etc. pero el entretenimiento a veces vale muy caro por los tiempos que corren. Te compro Iron Man, ya me gustaría a mí decir un día que soy Iron Man. De lo que sí me siento orgulloso y no me da ningún reparo es decir que la he dado un 7. Larga vida a Tony Stark.