Quiénes amen a "Mary Poppins", como servidor, película que vi decenas de veces a lo largo de mi infancia y adolescente porque mi madre así lo quiso, también amarán a "Al encuentro de Mr. Banks". Incluso aquellos marcianos que no hayan visto la película original, también podrán disfrutar de esta, tal es su virtud.

Es un filme de corte clásico en el que se hallan grandes momentos cómicos, ofrecidos por la estrambótica personalidad de la protagonista, así como otros de grandísima intensidad emocional, pues la película rebosa vitalidad y humanidad en cada diálogo y en cada escena.

Es Emma Thompson la que aglutina todas las virtudes de "Al encuentro de Mr. Banks", pues su personaje, absolutamente fabuloso, también en su caracterización, es la base de todo. Tan divertida y tan conmovedora, confieso que se me cayeron un par de lágrimas en su escena final. La actriz está mejor que nunca, y eso, hablando de Emma, es decir mucho. Su ausencia en los Oscar es uno de los desaires más graves que se recuerdan.

Tom Hanks, ya bastante pasado de moda en estos papeles, no así en otros como "Capitán Philips", poco tiene que ofrecer más allá de ser el Tom Hanks bonachón. A mi me aburre bastante. Por su parte, Colin Farrell sí aporta interés en su trama, pese a que esta goce de menos fuerza. Mucha menos, pues frente a esa británica estirada lidiando con los americanos en el desierto abrasador de Los Ángeles, poco hay que hacer.

Lo dicho, una película amena, amable, divertida y absolutamente emocionante.